La época navideña siempre nos llena de emociones y acciones que dejan ver la necesidad de compartir en familia y de expresar la solidaridad con los demás y desde luego deseo por conocer el origen de las tradiciones navideñas. Esta página del 13 de diciembre de 1998 llamada en ese entonces Iglesia escrita por Ernesto Ochoa, hoy columnista y colaborador de El Colombiano, presenta un completo artículo sobre la navidad y el significado de la novena, el cuál les comparto.
La novena, más que simple tradición
La Novena de Navidad es una celebración tradicional, lo cual significa que nos une a los recuerdos, sentimientos, costumbres y sueños de nuestras familias y comunidades. Las tradiciones son, pues, muy importantes porque nos ayudan a tener una identidad. Desde hace muchos años en Colombia hemos celebrado la Navidad como una fiesta de todos, compartiendo en casa con la familia, o con amigos y vecinos. En estas tradiciones de la Navidad, muchas veces hemos tenido costumbres que nos llevan a compartir alimentos o dulces caseros con los amigos y vecinos, costumbres que nos llevan a pasar un momento de alegría y de encuentro. La Navidad tiene también otra riqueza, además de este encuentro cariñoso y festivo, es un tiempo de oración y reflexión para hacer mejor la vida de todos y todas. Vida mejor que significa hacer realidad la paz, la justicia, el amor, el bienestar y el cuidado de la vida y la dignidad humana, especialmente de nuestros niños y niñas. La Navidad nos empuja a transformar la realidad porque el niño que nació en Belén, Jesús, el hijo de María, nos enseñó a amar, a perdonar, a vivir en justicia y solidaridad. Además de tradicional, la Novena de Navidad nos despierta para inventar nuevas maneras de expresarnos, de orar y compartir. Por ello es muy importante hacer dinámica la celebración, creativa para que la vida tenga toda la importancia que Dios mismo le dio cuando hizo todas las cosas y cuando resolvió nacer como uno de nosotros.
Texto publicado en la edición de El Colombiano del 13 de diciembre 1998. Autor Ernesto Ochoa
Colaboración Sergio López