Por: May

Foto: Colprensa

¿Cómo se pueden perder tres puntos faltando tan pocos segundos? Obvio, aunque suene a oxímoron, por lo superlativo de los errores, la mayoría individuales y sin duda, por la errónea concepción de equipo y por la forma de enfrentar los encuentros.

Se equivocaron los del fondo, los del medio, los de adelante, los del rectángulo y los que nos ilusionamos. Particularmente para mí, fueron esperanzadoras las ventoleras, pocas pero profundas, del elenco verde durante el partido. Y esa suposición a priori, me dejó al final con la desazón que hoy estorba mi ilusión, de ver a este grande caído y con el camino extraviado, comenzar a forjar a fuego lento el equipo que queremos, que merecemos.

Hoy, cuando Nacional pisa la cancha, no se ve un equipo sino once soledades, aunadas a todas las soledades de una tribuna, que sin embargo le hace el quite a esta turbación con “los bombos, las banderas y avalanchas”.