Con el nuevo año 2020 se inicia también una década que se anuncia movidita. Según Knoema, un reconocido sitio web que recopila miles de datos, habría cinco tendencias destacables para los próximos diez años.
En primer lugar, el calentamiento global traerá cambios sustanciales. El cambio climático ya es una fuente de preocupación para la macroeconomía por sus efectos sobre el crecimiento potencial de la economía, la formación de capital, la productividad y tasa real de interés de largo plazo, entre otros. También habrá costos humanos. Se proyecta que en el mundo el número de muertes debido al cambio climático se incrementará a 600 mil por año (contra 400 mil en 2010). También aumentará la migración por esa causa y llegará a cien millones de refugiados, según algunas agencias internacionales.
Otra tendencia en la nueva década será lo que se ha denominado la tercera ola de desglobalización. Como se sabe la globalización se refiere en términos económicos al proceso en el cual las corporaciones, los gobiernos y otras organizaciones alrededor del mundo interactúan cada vez más. El auge de ese modelo global ha traído muchos beneficios, pero actualmente está frenando el crecimiento de los países desarrollados. Esto se debe a que la parte de las importaciones en el consumo doméstico se ha incrementado. Lo más importante es que el valor agregado en esos países se ha concentrado en algunos grupos de población más o menos ligados con la actividad de las corporaciones transnacionales, dando lugar a movimientos proteccionistas comenzando por Estados Unidos. La estabilidad social en el mundo desarrollado podría afectarse si los gobiernos no desarrollan canales para redistribuir hacia los hogares el exceso de beneficios de las grandes corporaciones.
En esta década que comienza se va a dar una acelerada tasa de progreso tecnológico. La inteligencia artificial, la computación en la nube y otras tecnologías digitales se expandirán rápidamente hacia muchas actividades. La tecnología no solo sustituirá muchos empleos, sino que también reemplazará el conocimiento humano en sí mismo. Para darse una idea McKinsey estima que para 2030, entre 15 % (400 millones) y 30% (800 millones) de la fuerza laboral será desplazada por la automatización, y entre 3 % (75 millones) y 14 % (375 millones) de los trabajadores deberán cambiar su línea de trabajo. McKinsey concluye que alrededor de la mitad de las actividades ocupacionales podrán ser automatizadas.
La inestabilidad global también se va a incrementar. Hay que tener en cuenta que los últimos 70 años fueron los más pacíficos en la historia de la humanidad. A pesar de esto, los conflictos y la violencia son un desafío sobre todo para los países de ingreso medio, los negocios y las organizaciones internacionales. También se verían afectados los esfuerzos para combatir la pobreza y la difusión de enfermedades. Por supuesto, la población desplazada por la violencia llevará a una profunda crisis. Es cierto que las grandes potencias no se involucrarán en grandes guerras devastadoras pero los conflictos regionales de pequeña escala si se están incrementando.
Por último, y no menos importante, está el tema de la desigualdad. Hoy el ingreso de las personas más ricas en el mundo es 450 mil veces más grande que el ingreso promedio. Esa relación se ha incrementado por lo menos 5 veces desde 1920 y eso no puede seguir así.