Saber si se hace innovación o no, merece un autoexamen profundo. Capaz de decir si se logran ingresos que diversifican fuentes actuales, o ahorros que se traducen en eficiencias. Ese autoexamen es como el de conciencia. Cada quien sabe si cumple, o no.
Innovar reporta tres beneficios: (i) para la empresa que lo logra –mayor ingreso o menor gasto–, (ii) para sus clientes –que perciben beneficios de la empresa que innova–; y por último, (iii) para el ecosistema empresarial donde se favorece. Este último,...