En esta extraña Navidad sin algarabías, algomeraciones y quizás en tiempos de mayor pausa y reflexión recordemos esa bella tradición colombiana que es la Novena de Aguinaldos. Comienza hoy y se extiende hasta el 24 de diciembre. Meditar estos versos puede ayudar muchísimo a que hagamos un espacio en nuestro corazón para el recogimiento y para maravillarnos con el hecho de que el Dios se haya hecho un niño en un pobre portal para elevar así la condición de “nuestra pobre humanidad agobiada y doliente”.
Recuerdo cómo estos versos me llenaban de alegría mi infancia y adolescencia pues era un signo de que la Navidad estaba cerca. En la urbanización donde viví varios años siendo niña, nos reuníamos en el salón social a rezarla. Días antes nos juntábamos a ensayar villancicos. Esperábamos con ilusión que nos escogieran para hacer una de las lecturas, sea de los gozos, las oraciones al Niño Jesús, Santa María o San José. Y rezábamos frente a un pesebre gigante, que habíamos armado en los días previos. Hoy en muchos lugares se sigue esta bella tradición.
Para quien esté solo, los medios de comunicación le hacen compañía. La Novena ha sido transmitida en los canales de radio y televisión nacionales. Hoy hay también versiones en Spotify para aquel piadoso que quiera aprovechar el tiempo y seguir esta oración mientras se desplaza, realiza sus labores domésticas o quizás sentado en su casa al frente del pesebre.
La novena original fue adaptada por el ecuatoriano Fray Fernando de Jesús Larrea, quien fue misionero en Colombia. El tomó a unos versos que le obsequió María Clemencia Cayzedo, una de sus dirigidas espirituales. La madre María Ignacia, religiosa de La Enseñanza de Bogotá, escribió los gozos o aspiraciones para la venida del Niño Jesús, inspirados en las “Antífonas de la O”, unas frases compuestas en los siglos VII y VIII que se rezan en la oración de las Vísperas los días previos a la Navidad. Se les llama “De la O” porque comienzan todas con esta palabra, seguida por un título mesiánico dado en el Antiguo Testamento y luego con una frase que expresa el deseo de la llegada del Salvador del mundo. La impresión más antigua que se ha encontrado de esta Novena data de 1788.
La Novena de Aguinaldos se fue extendiendo por todo el país y también ha sido conocida y admirada en otras naciones.
Muchos colombianos residentes en el exterior hemos querido exportar esta tradición a nuestros nuevos hogares. En internet se encuentran libritos en PDF con la Novena en inglés que cambia el el “Ven, ven, ven” por el “Come Lord Jesus”.
Recomiendo el rezo pausado y reflexivo de la Novena de Aguinaldos, degustar los ricos versos que contiene, hacerlo en familia o comunidades de amigos presenciales o incluso por zoom. La oración de la Novena puede ser una oportunidad para que en estas fechas nos llenemos de esperanza, para que Dios pueda “disponer nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente”.