En estos infinitos días de pandemia, he leído con pausa y sin esperar nada a cambio una buena sarta de poemas. Lo he hecho en voz alta, lentamente, deshaciendo los pasos de la velocidad hasta pronunciar sílaba tras sílaba, como cuando aprendí a leer. En esos días de gozo, ante lo nuevo, uno iba despacio, de piedra en piedra, como se cruza un río para no mojarse los zapatos. “Escribir un poema/ es como atrapar un pez/ con las manos”, escribió Adília Lopes en ese poema precioso que se llama “Arte poética”....