Al escribir esta columna (noche del miércoles y casi seguro de que nada más pasará), los resultados de la Cumbre del Cambio Climático de Glasgow pueden resumirse en tres palabras que pronunció la joven activista Greta Thunberg ante los líderes mundiales: bla, bla, bla.
La que fue calificada de última esperanza para contener el aumento de la temperatura del planeta ha sido un fracaso porque solo hubo más de lo mismo, como en las 25 ocasiones anteriores (¡quién creyera!): vagas promesas, nada de compromisos serios de los 200 países reunidos.
Sí, 130 países prometieron reducir 30 % de emisiones de metano a 2030, 40 anunciaron adiós al carbón y más de 100 prometieron cortar totalmente la deforestación a 2030, incluido Colombia, que ya incumplió en el pasado.
Y hubo anuncios de países desarrollados de aportar billones de dólares para adaptación de países menos desarrollados y hasta 130 trillones de un grupo de bancos y financieras. Pero no quedaron rutas concretas ni cómo lograr nada de lo anunciado con bombo.
La ciencia no miente: hay que evitar que la temperatura suba 1,5 °C sobre la era preindustrial (ya subió 1,1 °C), o máximo 2 °C. Pero el planeta se encamina a más de 2,7 °C a fines de siglo, catastrófico para la vida. 6 de cada 10 científicos, entre 92 sondeados por Nature, cree que serán 3 °C a 2100.
¿Que ha habido progresos? Sí, pero insuficientes. New York Times recordó que antes del Acuerdo de París (2015) el planeta iba hacia 4 o más grados. Ahora va a 3. Y de Glasgow no sale nada claro.
Este año las emisiones de gases serán 36,4 gigatoneladas, 4,9 % más que en el año de la pandemia. Para lograr los 1,5 °C no pueden emitirse más de 420 gigatoneladas sobre la base de 2021, 1279 para estar en los 2 grados.
Pero cada año crecen más, no bajan: 0,9 % anual entre 2010 y 2019, según Inside Climate.
Hay un serio agravante: una extensa investigación de The Washington Post reveló que muchísimos países no reportan todas sus emisiones, un vacío de entre 8 500 y 13 300 millones de toneladas. La hipocresía, tan común en las relaciones internacionales.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático advirtió que a 2030 deben cortarse 50 % las emisiones sobre la base de 2010. No se logrará.
Para los amigos de las promesas y palabras bonitas, Glasgow fue un éxito. Para quienes nos preocupamos por la suerte de la vida en la Tierra, incluida la humana, no fue la última esperanza, sí el último gran fracaso.
Maullido: qué desespero tan terrible el de Quintero Calle