Estamos en un país muy loco, intento comprender pero la lógica no me lo permite, tenemos un alcalde que su principal bandera es atacar al empresariado que además de generar riqueza son los mayores y mejores empleadores de la región. Además con sus arengas otro incendiario desde la capital, presto a pescar cualquier situación que enardezca los odios, también en contra de estas empresas (ya saben qué les espera si llegase a la presidencia) sin siquiera haber creado un solo puesto de trabajo a título personal. Podemos protestar contra la reforma tributaria pero los promotores del paro conociendo la alta posibilidad de desmanes, violencia y vandalismo y que deberían ser los responsables para evitarlos se hacen los de la vista gorda y dicen que no son los encargados de mantener el orden, pues es responsabilidad del Estado con su fuerza pública, pero si estos actúan serán denunciados por “fuerza desmedida” a pesar de ser atacados con piedras, palos, patadas, papas bombas. Estamos tan despistados que propiciamos aglomeraciones masivas en el peor pico de pandemia, copadas la capacidad en las UCI, con nuestro personal de salud reventado y los recursos económicos de la salud volcados hacia la contención de aquella