El carro movido por energía solar ya está inventado: el “Sono Sion” alemán deberá estar a la venta a finales de 2019; el “Solaforza”, de Morelia, creado por estudiantes de secundaria y el Vehículo Universitario Solar (VUS) de Puebla, fueron creados en México; el proyecto “Primavera” es de los estudiantes de Eafit, en Medellín; el mö de Evovelo fue creado en Málaga, España, y ya se comercializa tímidamente en ese país. Incluso existe una competencia mundial en Australia, el World Solar Challenge, donde participan las universidades que investigan fuentes alternativas de energía. Si ya la solución fue creada, ¿por qué no la comercializan masivamente?
Ya existen muchos productos que pueden reemplazar el plástico. Ahora mismo estoy pensando en la botella biodegradable que inventó el estudiante Ari Jónsson, de Islandia, a base de polvo de algas marinas y agua, y puede contener líquidos; en los vasos comestibles a base de agar-agar, una sustancia gelatinosa que se obtiene de ciertas algas, y que después de usado se puede comer o desecharse, pero sin contaminar; en los platos hechos con hojas de palmera, que hace una compañía española, que tampoco dañan el medio ambiente y pueden comerse; en los platos que una empresa polaca hace con salvado de trigo; en los cubiertos desechables a base de arroz, producidos en México; y en las tazas a base de residuos de café que se inventó el diseñador alemán Julian Lechner.
Contra el daño ecológico que producen el plástico y la movilidad urbana con combustibles fósiles, la solución ya está inventada, lo que no hay es voluntad política para aplicarla. Si los gobiernos tuvieran verdadero interés en detener el daño al medio ambiente, y que perjudica lo público y al público, debería apoyar este tipo de emprendimientos. Pero como se cree que esos asuntos los deben desarrollar los privados, y los privados tienen inmensas inversiones en empresas que producen plásticos, a estos no les interesa promover soluciones medioambientales porque pierden en las inversiones ya hechas. La otra: la gasolina viene del petróleo, que está en manos del Estado: ¿“Arriesgarían” a Ecopetrol por trasladar la movilidad urbana a vehículos impulsados por energía solar que no hay que pagársela a nadie?
(Pregunta: si alguien construye su propio carro de energía solar, ¿puede rodarlo por las calles de Medellín? ¿O el tránsito no le expide matrícula porque no proviene de una marca reconocida?).