Tú, que tienes la capacidad para absorber información por montones, que eres nativo digital, ¿comprendes el momento político de Colombia?
Estoy seguro de que coincidimos en algo: Colombia está llena de problemas. Somos bipolares, pasamos de la alegría al dolor en segundos. Pero, en época de posverdades, esa triste condición la están usando para taladrar tu mente y corazón con desesperanza.
Te daré un ejemplo. El año pasado ciertas voces con ansias de poder te dijeron: “sal a la calle, muestra tu descontento, tienes derecho a protestar”. Válido. Ese derecho está consagrado en la Constitución. Es el mismo que en otras ocasiones se ejerció de forma pacífica, como dice la misma Carta Magna, para decir “no más Farc”, “no más secuestros”.
Pero muchos jóvenes como tú fueron inducidos e incluso instrumentalizados para convertir la desesperanza en violencia. Las consecuencias se pagan hoy. No creas que la inflación llegó solamente por la pandemia.
Pero, más allá de eso, pusimos en la boca de los lobos la democracia.
Hablemos al respecto.
La historia muestra que las democracias latinoamericanas van y vienen. Han sido frágiles y propensas a voces populistas. Argentina, Ecuador, Perú y Venezuela dan cuenta de eso.
Colombia no juega a esa lógica. Tiene bases fuertes. Pero ahora, aprovechándose del descontento profundo, algunos buscan imponer un discurso populista que amenaza la democracia, bajo el sofisma de distracción de “traerle de nuevo la vida a Colombia”. Eso, incluso, es ofensivo, porque la historia ha demostrado que las fórmulas mesiánicas derivan en grotescos ejercicios autoritarios.
¿Sabías que propuestas de ese tipo se construyen para que el Estado sea el centro de todo? Imagínate lo paquidérmico e inoperante. Lo tentador para los corruptos. Pero, más allá de eso, piensa en la angustia que podrán sentir tus padres si de pronto tienen ahorros pensionales, que se los van a estatizar para pagar la burocracia. Mejor aún, quédate esperando un subsidio. Tal vez te llegue una, dos y hasta tres veces. De ahí en adelante, nadie te lo garantizará.
Tú y yo tenemos la capacidad para mantener vivo el sentido de nuestra democracia. La clave está en un voto responsable, que garantice la continuidad de tu libertad, la mía, la de tus parceros.
La vía populista que embelesa a tu generación es una bomba de tiempo y puede traer mucha desolación. Hay voces hablándote. Voces sinceras que te proponen lo viable, que buscan dar orden y oportunidades a Colombia desde un Estado austero, que impulsa el concurso de sus ciudadanos con visión pragmática para superar los problemas y no con amaños utópicos.
Cuida tu voto. Escucha bien a los que tenemos un poco más de experiencia, porque tenemos argumentos con criterio y sensatez, que te servirán para evitar poner los riesgos y proteger así la democracia, el futuro del país y tus libertades como ciudadano