Por Pablo Valera
Veo con mucha preocupación el maltrato que estamos recibiendo los venezolanos por parte de los supuestos hermanos colombianos. Hay explotación, trabajo con jornadas extralargas o no pagado, y hasta ofensa a nuestra condición de venezolanos.
El hecho es que hasta en la Policía se hacen los ciegos, sordos y mudos. Yo, cuando decidí salir de Venezuela, fue por una enfermedad crónica y aquí se podía ubicar la medicina (tamsulón y prednisona); además creí que llegaría a un pueblo hermano, pero fue totalmente falso; porque piensan que no conocemos las leyes de este país y por no dejarnos robar, nos llaman ladrones.
Sé que hay muchos venezolanos cometiendo errores y deben pagar por eso, pero donde no hay trabajo, que nos piden PEP, constancia de residencia hasta la cédula colombiana o de extranjería, no podemos morir por falta de un techo y comida. Aquí, no podemos enfermarnos, vi cómo a un compatriota le cortaron la cara para robarle y cuando fue a una EPS le indicaron que debía pagar aproximadamente 300.000 pesos o que buscara otro sitio. Pienso regresar a mi país, de donde no debí salir jamás.