Este 7 de agosto iniciará el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez. Sin duda, representan, los dos, la alternancia política frente a las élites políticas tradicionales que han ejercido el poder por largo tiempo, porque Gustavo Petro se formó en fuerzas políticas alternativas y Francia Márquez en luchas sociales por la defensa de los recursos naturales.
Sobre el balance del gobierno que termina de Iván Duque, habrá tiempo para hacerlo completo y, seguramente, se hará.
El gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez inicia con un equipo ministerial de primer nivel y con experiencia comprobada, lo cual es un buen punto de partida —no una garantía absoluta— para asumir los retos presentes en los distintos campos; probablemente, los prioritarios sean los siguientes:
1. El tema macroeconómico, especialmente equilibrar las finanzas públicas, llevar el tema del endeudamiento a niveles compatibles con el PIB y tener los recursos necesarios para las políticas redistributivas que están en la base de la propuesta del presidente electo —en esto juegan un rol importante las finanzas de Ecopetrol—, políticas que incluyen la renta básica y el incremento de los presupuestos de Salud y Educación para que estas tengan progresivamente cobertura universal en los distintos niveles. Igualmente, es fundamental, como parte de la implementación integral del Acuerdo de Paz, desarrollar una política fuerte de asignación y redistribución de tierras y, en general, de desarrollo agrario rural. En síntesis, se necesitan unas finanzas públicas fortalecidas para que haya crecimiento de la economía —a través de inversiones del sector privado y el estímulo a la generación de empleo productivo—, pero también para que haya recursos que invertir en otros sectores. Afortunadamente, Hacienda, Agricultura, Salud y Educación tienen al frente competentes y experimentados ministros.
2. En materia de relaciones exteriores se necesita pasar de la ideologización de las relaciones internacionales del actual gobierno a una mirada universalista propia de los tiempos actuales, en los cuales la multipolaridad y el pluralismo son fundamentales para defender los intereses nacionales, y en esa tarea la experiencia del nombrado canciller es una garantía para el país.
3. Igualmente estratégica es la conducción de la política de seguridad y defensa nacional, incluyendo la decisión ya tomada de sacar la Policía Nacional del Ministerio de Defensa y ubicarla en otro nuevo ministerio, una compleja operación que requiere un gran tacto político y, sin duda, el actual ministro designado lo tiene. Esto es una garantía para que logre con su equipo buenas relaciones con las distintas fuerzas que conforman la Fuerza Pública y se asegure así la armonía y estabilidad para los colombianos.
4. La política de paz total que se ha propuesto el gobierno de Petro es ambiciosa y en esa medida debe tener al frente a un equipo encargado de orientarla y coordinarla —pareciera que será el alto comisionado para la paz, con el apoyo del canciller y, seguramente, desde el Congreso, de las comisiones de paz—. Esta es una política que deberá contar con un direccionamiento directo del presidente.
5. Las políticas de equidad que liderará el nuevo Ministerio de Equidad, que estará bajo la dirección de la vicepresidenta y que tiene una tarea fundamental y estratégica para avanzar en políticas que busquen superar desequilibrios históricos, de acuerdo con las promesas de campaña del gobierno que inicia.
No hay duda de que por ahora lo fundamental es desearle al gobierno entrante las mejores ejecutorias y, por supuesto, colaborar con ideas, pero también con críticas tendientes al buen éxito del mismo. Buen viento y buena mar para el nuevo gobierno.