La frase es del periódico El País, de España, que publicó esta semana un reportaje titulado “El ganado humano que Bolsonaro lleva al matadero”.
El periódico dice que Brasil ya ha superado las 100.000 muertes por el covid-19 y a la actual velocidad de unas 1.000 muertes por día puede llegar a las 200.000 en octubre. En materia de contagios, la situación es peor: la Organización Mundial de la Salud dice que Brasil tiene 21 nuevos casos al día por cada 100.000 habitantes, cuando el promedio mundial es de tres.
La frase según la cual el gobierno está llevando el pueblo al matadero es de Domingo Alves, un experto en estadística computarizada del Grupo Covid-19 de Brasil, formado por científicos de varias universidades. El grupo asegura que las ciudades que relajen las medidas de prevención y de distanciamiento social podrían ver un aumento del 150 % en el número de casos de covid-19 en las próximas dos semanas.
“Los gobernadores y alcaldes están enviando a la población al matadero con la promesa de lograr una recuperación económica”, dijo Alves.
Embaucado por la propaganda derechista, el pueblo brasileño sigue creyendo que su presidente Jair Bolsonaro no es responsable de la mortandad causada por el covid- 19. Según un sondeo del Instituto Datafolha, para el 47 % de los brasileños Bolsonaro no tiene ninguna culpa por las más de 100.000 muertes ocurridas durante la apandemia. Esta es una opinión contraevidente sembrada en la gente por los medios de ultra derecha que apoyan al presidente.
En efecto, Bolsonaro se ha convertido a nivel mundial en el peor negacionista de la pandemia. No solo se niega a usar tapabocas. En su repertorio ya tiene una colección de frases célebres. Estas son algunas de ellas: “El coronavirus es una gripita, un resfriado”... “En mi opinión, el tema del coronavirus es mucho más fantasía. No es lo que los medios de comunicación propagan en todo el mundo”... “Obviamente, tenemos una pequeña crisis. Pero no podemos entrar en una neurosis como si fuera el fin del mundo. Otros virus más peligrosos han aparecido en el pasado. Ciertamente hay un interés económico en todo esto para provocar esta histeria”...
Algunas de sus afirmaciones son de antología, como aquella que dice que “los brasileños son una raza especial que debe ser estudiada porque un brasileño puede saltar a una alcantarilla, bucear y salir y no le pasa nada”... o como aquella en la que asegura que “debido a que Brasil tiene un clima más tropical, el virus no se propaga tan rápido y la pandemia ya ha terminado o está a punto de llegar a su final”.
Y la gente sigue muriendo. Y cuando los periodistas le preguntan cuántos muertos son aceptables, contesta: “Yo no hablo de eso, yo no soy un sepulturero”. A la pregunta de cuántos van a morir, su respuesta es: “Van a morir algunos, lo siento. Esta es la vida, esta es la realidad. No podemos detener una fábrica de autos porque hay 60.000 muertes de tráfico al año”... Cuando el covid-19 apenas había cobrado la vida de 7.000 brasileños, Bolsonaro dijo: “Lo peor ya pasó. Le pido a Dios que sea verdad”...
Mientras el presidente dice estas mentiras que alguna gente cree y se opone a las medidas de prevención recomendadas por los científicos, el Ministerio de Salud de Brasil informó este fin de semana que el promedio de nuevas muertes diarias por el coronavirus se ha elevado a 1.200 y el número de muertos ya sobrepasa los 114.000. Los científicos del Grupo Covid-19 creen que las cifras reales son al menos seis veces mayores.
Pienso que es verdad lo que ellos dicen: en Brasil, un pueblo es llevado al matadero.