Por María Alejandra Sierra Lara
Universidad Pontificia Bolivariana
Comunicación - Periodismo, semestre 1
maria.sierral@upb.edu.co
En un país donde la educación es uno de sus más grandes sueños y aspiraciones, a veces esos estudiantes que han trabajado con “las uñas” y han logrado acceder a algún tipo de subsidio o beca otorgada por el gobierno, se ven en la incómoda situación de lidiar con los inconvenientes causados por no pagar a tiempo y, además, el no recibir su sostenimiento -en caso de que este haga parte de su contrato- impide que incurran en gastos normales de cualquier estudiante, tales como los pasajes o las fotocopias.
Para nadie es un secreto que los “Pilos”, ahora Generación E, y todas las propuestas similares (ofrecidas por cada municipio) han sido fuertemente discriminados en algunas universidades. El tema es que muy poca gente sabe que dicha discriminación comienza con el propio gobierno, dado que hay una inmensa irresponsabilidad con las fechas de pago por parte de los aliados, generando que se atrasen trámites sencillos, pero necesarios para el estudiante, como lo son la carnetización o la habilitación del correo institucional. A veces, esto hace parecer que quienes más merecen prioridad y “mimos” o “alcahuetería”, terminen siendo los que más tienen que luchar para poder ser un estudiante “normal”, sin mencionar que se les exige, lógicamente, mantener un proceso de excelencia con promedios, en ocasiones, altísimos y sin igualdad de condiciones.
La pregunta es ¿qué más tienen que hacer los estudiantes para merecer un buen trato? La financiación en este país es un tema delicado, sin importar el área a la que uno se refiera. Sin embargo, es imperioso alzar la voz y poner este asunto en la agenda pública: nuestros estudiantes están perdiendo motivación y están presenciando cómo se alza un muro sobre su educación, un nuevo obstáculo que deben evitar, un obstáculo que, irónicamente, pasó de ser la falta de recursos a la implementación de estos. Colombia quiere y sueña con hacer las cosas bien, desea un futuro brillante, pero lo está desmotivando al jugar con él. Hay que encontrar la manera de hacer estos trámites efectivos y de visibilizarlos por el bien de todos aquellos que quieren trascender en nuestra sociedad joven, llena de sueños y deseos.
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