Llegó el 2020. A muchos nos parece que fue ayer cuando nos preparábamos para el cambio de milenio. Fue emocionante ser testigos de la llegada del siglo XXI. Aquel 2000 que veíamos lejano cuando mirábamos hacia adelante, hoy lo vemos cada vez más lejano cuando miramos atrás. Aquel 2000 en el que tener internet y celular (solo para hacer llamadas) todavía era un lujo de pocos. Donde Google era un niño de menos de dos años (nació en 1998), donde el término “redes sociales” todavía no estaba en nuestro vocabulario porque la única manera de comunicarnos con el exterior era por medio del email o los chats de Hotmail y Yahoo, los cuales no dejaban de sorprendernos por su inmediatez. Donde uno todavía se sabía los números de memoria de sus amigos (o los anotaba en una libretita) porque el teléfono fijo seguía siendo lo que marcaba las comunicaciones locales.
La emisora Radionet anunció desde tres años antes que ya venía el siglo: “faltan mil días para el año 2000”, dijeron en 1997 y así iban retrocediendo un día hasta que llegaron al esperado 1 de enero.
Muchos tuvimos pánico de perder toda la información de los discos duros de nuestras computadoras con el temido fenómeno del Y2K el cual, se supone que por el cambio de los primeros dos dígitos, generaría grandes pérdidas en la informática. Y aunque en algunos sistemas esto sí se dio, el problema fue mucho menor al miedo colectivo que por esos días se respiraba.
Algunos historiadores salieron a finales de los 90 con la decepcionante noticia de que el siglo XXI comenzaría en el año 2001 porque el año cero no había existido. Otros rechazaron esta teoría diciendo que lo que marcaba esta numeración era el nacimiento de Jesús que había nacido en realidad el año 4 antes de Cristo y que un error de cálculo había hecho que los años se contabilizaran de esa manera. Así que la mayoría acogimos al año 2000 como el inicio del presente milenio.
El siglo XX no dejó de traernos sorpresas hasta el último de sus días. El 31 de diciembre de 1999 hicieron noticia la devolución de Estados Unidos del control del canal de Panamá y la renuncia inesperada de Boris Yeltsin a la presidencia de la federación Rusa dejando este cargo en manos del entonces primer ministro Vladimir Putin. Noticias que vimos mientras observábamos también cómo en los diferentes lugares del mundo recibían el tercer milenio con fiestas y juegos pirotécnicos, desde Nueva Zelanda hasta Hawaii.
Muchos nos preguntábamos cuál sería la manera adecuada de referirnos a los años sucesivos al 2000: ¿De 2000 o del 2000?, y al final terminaron siendo válidas ambas.
Este diario citó, en su primer editorial del siglo XXI el mensaje de la Jornada Mundial de la Paz de Juan Pablo II, publicada el 1 de enero de 2000: “Durante el siglo que dejamos atrás, la humanidad ha sido duramente probada por una interminable y horrenda serie de guerras, conflictos, genocidios, «limpiezas étnicas», que han causado indescriptibles sufrimientos: millones y millones de víctimas, familias y países destruidos; multitudes de prófugos, miseria, hambre, enfermedades, subdesarrollo y pérdida de ingentes recursos”, dijo el hoy santo en el marco del Gran Jubileo del 2000.
Así llegó este milenio del cual ya van recorridos 20 años teñidos de episodios dolorosísimos (empezando por el 11S) y de grandes logros en la informática que hace de este un mundo más pequeño e interconectado.
¡Feliz tercera década del 2000 y que con la llegada de este año, como dijo San Juan Pablo II hace 20 años “quede tatuado en nosotros este conocimiento: la paz es posible”.
* Fraternidad Mariana de la Reconciliación