P.D. Mario Franco
Cambiar puede ser: In-novar o Re-novar, CONVERSIÓN. En cualquier hipótesis, para incapaces o mediocres el cambio es solo maquillaje. Es decir: pequeñas variaciones que buscan ignorar lo que es necesario hacer bien, lo esencial. En este mundo, las expresiones radicales, que tocan fondo, no nos gustan. No las queremos ni podemos aplicar. Desacomodan, desplazan e incomodan. Definitivamente, desde dimensiones particulares, por racionales que sean, no es posible Cambiar. El evangelio hoy es claro: solo Jesús, nos puede liberar del mal que nos daña. Solo Él nos puede voltear y cambiar radicalmente. Veamos:
La DEMOCRACIA, necesita re-novarse o removerse. Pero no puede ni quiere aceptar cambios radicales. Quienes la manejan, desean conservarse en ella. Podemos presentar todo “maquillado”, como nuevo, pero realmente es y sigue siendo lo mismo, llámese: “blanco”, “negro”, “verde”, o “rojo”, como queramos. Sutilmente nos alineamos como: los diferentes, pero solo para estimular (controladamente, no radicalmente) la competencia y la rivalidad, las diferencias; pero todo sigue igual.
Si miramos al SISTEMA ECONÓMICO, igual: maquillamos. Engañamos y explotamos. Incluso con las “Nuevas” tecnologías o presentaciones “creadoras de Ilusiones”, hace rato estamos en lo mismo. No cambiamos por miedo a perder ventajas; por inseguridad ante tanta amenaza, por incremento de “falsas necesidades” para aumentar el consumo y la dominación. No descubrimos que estamos acabando con todo: El templo o hábitat del Espíritu (la dignidad del ser humano y del mundo); el medio; el sustento y los recursos necesarios para la supervivencia humana y de la tierra. Todo por conservar lo que tenemos que lo consideramos: lo mejor y a veces, “sagrado”. Unos simples cambios externos, no son CONVERSIÓN RADICAL, cuaresmal. Es simple maquillaje.
En este III domingo de cuaresma, nos impacta la acción radical de Jesús, para cambiar y hacer nuevas todas las cosas. Voltea y acaba con el sistema de mercado, alrededor del templo=(su Persona, toda persona humana digna como Hijo de Dios). Para que pueda ser lo que tiene que ser: morada del Espíritu Santo y no lo que hicieron los hombres y lo que más gravemente hacemos hoy, si no cambiamos el sistema económico, político y cultural del mercado salvaje. En este sistema económico global, en que negociamos con engaño, todo: El hombre, la sociedad y el mundo; por más que lo justifiquemos o neguemos, estamos acabando, Todo.
La reflexión de Pablo, resulta importante. En lenguaje de hoy: Los profesionales y técnicos quieren una doctrina de éxito, buenos dividendos y aumento del PIB, con resultados seguros. Los intelectuales, artistas y científicos: exigen teorías innovadoras, sensacionalistas. Modestamente tenemos que decirles, que lo mejor es lo que ofrecemos, para el cambio y la salvación: A Cristo Crucificado. Sabiduría de Dios para el mundo “loco y egoísta”.