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La vida y obra de Héctor Abad Gómez es uno de los mejores ejemplos de liderazgo académico, cívico y social. Fue pionero de la Salud Pública en Colombia, pero, además, como lo relata su hijo Héctor en el extraordinario libro El Olvido que Seremos, un hombre para quien nada de lo humano le era ajeno. Un amoroso, pero al mismo tiempo vivencial relato, como un mínimo homenaje ante su trágica pérdida: murió asesinado en la carnicería de la intolerancia colombiana. Había que contar como era debido tan ejemplar vida.
Su hija Clara Inés fundó la Corporación para la Educación y la Salud Pública Héctor Abad Gómez, en compañía de Elkin Vásquez. En alianza con la Universidad de Antioquia crearon la Cátedra de Formación Ciudadana que lleva su nombre, dando origen a más de 100 conferencias y 8 libros. Todo ese material es la base del libro Cultivar lo Humano, que acaban de editar y cuyo objetivo -a más de prolongar en el tiempo los ideales del doctor Abad- es una extraordinaria guía sobre el cultivo del ser ciudadano.
El libro comienza rememorando los Mandamientos Ciudadanos, de Carlos Castro Saavedra; recomendaciones sencillas pero poderosas socialmente; lamentablemente bien lejanas en nuestra vida comunitaria. Pero va más allá, al trabajar el “reconocimiento de sí mismo”, el cómo “apropiarse del contexto social e histórico” y en su parte central, sobre conciencia social, como concepto desaparecido del educar y el educarse. Finaliza con una propuesta pedagógica y con recomendación de libros y películas sobre el tema. Se trata, en síntesis, de un profundo pero práctico tratado sobre lo más elemental en la educación (escolar, comunitaria y de todos): las hoy denominadas Competencias Ciudadanas.
Son muchos los expertos que a nivel mundial han advertido que la educación ha perdido su objetivo esencial. Michel Foucault, el crítico más extremo, atinó al decir que la educación dejó a un lado la formación de la inquietud de sí en cada estudiante; es decir, que el sistema educativo masificado y estandarizado de las sociedades modernas, se preocupa por inyectar conocimientos pero poco por la formación del SER humano. A su vez, la filósofa Martha Nussbaum señala que la educación al dejar de lado la formación en filosofía, historia, arte y sociedad, por considerarlas inútiles, implica un alto costo social: el de unos ciudadanos con una débil cultura, entendiendo por “cultura” la capacidad de ubicar las cosas “en algo más grande que sí mismo”, la capacidad de “comprender en qué estamos inmersos, el entramado de relaciones, ideas y bienes”. Como bien la define el filósofo Ricardo Palacio.
Invito a que conozcamos y difundamos Cultivar lo humano. No solo los colegios, sino las universidades y todo tipo de organizaciones. Reconozcamos nuestros grandes retos en formación ciudadana y que, desde todos los frentes, por supuesto, con un rol esencial de las instituciones educativas, la promovamos. Bien meritorio el trabajo y la perseverancia de la familia Abad Faciolince sobre este crucial tema. Una forma de recordar de manera bien necesaria en nuestro lamentable contexto de convivencia, al siempre añorado doctor Abad.
*Presidente Ejecutivo
Proantioquia
Posdata:
Para los interesados en adquirir el libro, el correo de la Corporación para la Educación y la Salud Pública Héctor Abad Gómez es: asistente@hectorabadgomez.com
