Desde hace varios años, Cali y el Valle del Cauca vienen pasando aceite. Entre tantas malas noticias, es reconfortante el premio IMD Global Family Business Award 2022 que acaba de recibir la organización Carvajal. Se lo ganó con creces, frente a estándares excepcionalmente altos. La lista de los anteriores ganadores ilustra la importancia de este gran reconocimiento.
De la mano de Manuel Carvajal Valencia y sus hijos Alberto y Hernando, esta apasionante historia comenzó por allá en el año 1904, con una inversión de 200 pesos y una máquina rayadora. Hoy Carvajal, ya en su sexta generación, continúa aportando enorme valor a Colombia y al mundo con una estrategia emergente que siempre sorprende, que nunca ha perdido su esencia. Como señalan en el premio otorgado, Carvajal es un gran ejemplo de una empresa familiar bien gobernada que realmente vive su propósito de “hacer las cosas bien”. En los últimos 118 años, este propósito ha estado a prueba, miles de veces, en entornos turbulentos y tormentas perfectas.
En alguna columna anterior, traje a colación el índice Palma, que mide la desigualdad de los ingresos. José Gabriel Palma, su creador, en diferentes estudios ha planteado la hipótesis según la cual la principal causa que explica la desigualdad en las sociedades es la no reinversión privada. Sostiene Palma que cuando se genera riqueza y esta se devuelve, es decir, no se extrae del mercado, sino que, por el contrario, se reinvierte, se genera un modelo social muy virtuoso. Hoy este modelo es una anormalidad estadística.
Por eso, con especial énfasis, resalto que desde hace muchos años esto que plantea Palma ya lo viene haciendo Carvajal, gracias a su especial sentido social que inspira a 17.000 trabajadores en más de 12 países.
Retumban las palabras de Manuel Carvajal Sinisterra. “No puede haber una empresa sana en un medio social enfermo”. El 10 de marzo de 1960 le propuso a su familia la creación de la Fundación Carvajal. Miren la fecha, 1960. La familia Carvajal donó el 23 % de sus acciones a la Fundación Carvajal. Hoy, la fundación es la principal accionista de la organización.
Mientras que estamos en plena discusión sobre la tasa de tributación de los dividendos, hace ya 64 años Carvajal decidió que de cada 100 pesos de utilidad después de impuestos 23 pesos fueran para la fundación. Esto sin contar con el dividendo social, creado en los albores de 1996 para apoyar y equilibrar la cancha entre las diferentes generaciones de la familia.
Howard Gardner nos reta a preguntarnos: ¿Si todo el mundo se comportara como yo me comporto, el mundo sería mejor, igual o peor? En el caso de la organización Carvajal, la respuesta es obvia.
Ojalá lleguen más premios como este, para empresarios y trabajadores, reconocidos y anónimos, que, en cada rincón del país, se levantan con un propósito superior. Ojalá, para que Cali, nuestra bella cenicienta, vuelva a ser la sucursal del cielo. Para que le volvamos a cantar que Cali es Cali, señoras, señores, lo demás es loma