Por Libe de Zulategui Mejía
Señora directora:
Me es imposible no entrar en la protesta por la destitución del Director de la Fundación Ferrocarril de Antioquia. Los antioqueños somos un pueblo tradicionalista por excelencia. Sin embargo, sorprende cuando se presentan situaciones aparentemente turbias, movidas por otros intereses que no son nuestra verdadera cultura. Motivo de alegría fue el nombramiento en su dirección de una persona culta y versada en el verdadero cuidado de nuestra historia y nuestro patrimonio. De hecho ocupaba este cargo en Bogotá con carácter nacional. Juan Luis Isaza es una persona que pertenece a la élite cultural de Colombia y conoce muy bien qué es valioso y qué tiene que mantenerse vigente en nuestro patrimonio, heredado de los antiguos antioqueños que sí supieron salvaguardar lo nuestro.
Su destitución solo puede obedecer a otros motivos, lejos de la inquietud por proteger nuestro patrimonio. Ojalá supiera yo cómo evitar tamaño error. Y me consta que somos muchos los que miramos sorprendidos cómo se maltrata lo verdaderamente antioqueño al alejar de su cuidado a un excelente director