En la entrega de Premios Oscar, que se realizará el próximo domingo, compite una producción chileno - española en la categoría a mejor documental. Se trata de El Agente Topo, dirigida por Maite Alberdi. Estamos acostumbrados a ver documentales en los que aparece en voz en off un narrador dando explicaciones, brindando quizás un contexto histórico y mostrándonos un hecho o un fenómeno con imágenes muy profesionales y bien producidas. Pero este documental es algo así como un reality y el escenario es un hogar de ancianos.
Sergio Chamy, un hombre octogenario que recientemente quedó viudo, lee un aviso en el periódico que le llama la atención: Se busca persona de 80 a 90 años para un trabajo. ¿Para qué puede ser útil alguien en ese rango de edad en el mundo laboral? Pero él postula y busca así una distracción en medio del vacío que le ha dejado la muerte de su esposa.
Sergio es aceptado y asume un gran reto: irse a vivir al hogar San Francisco, donde residen otros coetáneos, y observar si están siendo tratados dignamente, si están teniendo acceso a la salud, a una buena alimentación, a actividades de recreación y demás espacios que les permitan vivir una vejez tranquila y alegre. Los documentalistas hablan previamente con las directivas del hogar así como con los ancianos que allí residen y todos aceptan las condiciones de esta grabación pero ignoran el momento en el que una cámara escondida los pueda captar. Tampoco saben que Sergio, en lugar de ser un residente más, es un infiltrado o “agente topo” que va a investigar para luego dar cuenta de las condiciones en que viven los ancianos.
Destaco la manera en que mágicamente, una producción construida con escenas no actuadas, puede enganchar al público como si se tratara de un guion muy bien trabajado. Algo que ha logrado Maite Alberdi en otros documentales que siguen el mismo formato.
Para Alberdi, la radiografía de la sociedad y las problemáticas se entienden más desde la cotidianeidad que desde el discurso político. Por eso ella busca realizar estos documentales con conversaciones tan coloquiales que dejan ver la realidad de un grupo humano. Su afán por conocer la situación de los asilos de ancianos la llevó a realizar el documental “El agente topo”, que ahora busca llevarse una estatuilla en los Oscar.
Me gusta que la Academia nomine a producciones que se alejan de parámetros tradicionales. “El agente topo”, además de su óptima calidad por las historias que aparecen y por la buena edición de las mismas, nos muestra la realidad de los ancianos: La necesidad de ser queridos y visitados por sus familiares, de cómo añoran la presencia de sus hijos y nietos, del drama de la soledad en los últimos años de vida y de que ningún profesional en esa área puede reemplazar ese cariño que solo la familia puede dar, pues como dice Alberdi: “Es una historia que uno no puede creer que haya sucedido y sucede, entonces, se van a sorprender, creo que les va a dar tema de conversación y van a entrar en un mundo que uno no mira y que vale la pena mirar y darse el tiempo”.