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María Clara Ospina
Columnista

María Clara Ospina

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EL AÑO QUE TODO LO CAMBIÓ

Por maría clara ospina

redaccion@elcolombiano.com.co

El 2020 será recordado como “El Año del covid-19”, virus causante de una pandemia que, hasta el momento, contaminó a 70 millones de personas, de acuerdo con las organizaciones de salud mundiales. Sin embargo, la cifra real puede llegar a sobrepasar los 500 millones, al calcularse el número de infectados entre la población que no se ha hecho pruebas.

Lo mismo sucede con el número de muertos; los registrados son aproximadamente 1’600.000, pero con toda seguridad son muchos más, pues los servicios médicos no llegan a gran parte de la población y en muchos casos no es fácil determinar quiénes murieron por el covid-19 o por otras causas.

Esta pandemia nos cambió. Cambió la dinámica de globalización que impulsaba el surgimiento de un mundo sin fronteras. Hoy las fronteras se han vuelto a cerrar. Otra vez se mira al país vecino, el pueblo cercano, la casa del frente, con desconfianza, con temor. ¿Quién tiene la culpa de lo ocurrido: China, la Organización Mundial de la Salud, Trump, los gobernantes mundiales, los adolescentes indiferentes y descuidados? ¿A quién culpar?

Dolorosamente, estamos viendo cómo se generaliza la actitud de “sálvese quien pueda”, que amenaza con convertirse en una dolorosa “guerra” para obtener las nuevas vacunas que ya se comenzaron a aplicar en los países más ricos del mundo, aquellos donde están los poderosos laboratorios que las producen parecen querer acapararlas; “primero nuestros ciudadanos”, afirman.

¿Dónde están las organizaciones como la ONU, las ONG, las cortes internacionales y las naciones que viven tan preocupadas por los Derechos Humanos, como los países escandinavos, siempre listos a denunciar y criticar a los países menos desarrollados por sus políticas sociales? ¡Hoy no van a exigir que se distribuya equitativamente la vacuna salvadora! ¿Hasta aquí llegó su preocupación por el resto del planeta?

Hay que reconocer que la velocidad con que la vacuna fue desarrollada es algo de admirar, algo que, una vez más, demuestra que querer es poder.

Mirando lo positivo, este año nos deja con el mayor agradecimiento hacia los trabajadores de la salud. A nivel mundial, fueron ellos los que salvaron a millones; al comienzo, casi sin equipo ni protección; sin conocimientos, ni armas contra el virus. Unos valientes a los cuales debemos nuestra eterna gratitud.

En el 2020 aprendimos a vivir con gran sencillez en todo sentido, la humanidad logró vivir consumiendo lo mínimo, algo excelente para el planeta, pero pésimo para las economías globales. ¿Traerá esto un cambio permanente? Muchos piensan que, al terminar la pandemia, se desbocarán los deseos reprimidos y el mundo volverá al desaforado consumo que nos ha llevado al borde de la destrucción del planeta. ¡Que Dios nos proteja en el 2021!

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