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Desde el año 1961, cuando se realizó la venta del Ferrocarril de Antioquia a la Nación, se dio inicio con el producto de la venta, al Instituto de Desarrollo de Antioquia –IDEA-, institución que ha sido motor del desarrollo del departamento; sin embargo, a partir de ese momento, la producción carbonífera de la cuenca de la Sinifaná se vino a menos por la pérdida de tan importante cliente consumidor de carbón utilizado para las locomotoras de vapor; sin embargo, entre los años 60 al 80 existió una leve mejoría en los ingresos de los mineros de la zona, porque resurgió la industria textil que requería del carbón para alimentar las calderas de vapor.
Estas situaciones no fueron suficientes para sostener la producción industrial y se condenó a los productores a vivir de la extracción informal por los bajos precios que no ameritaban la adopción de nuevas tecnologías, con el consecuente empobrecimiento de la región.
Desde esa época los mineros de Amagá, Angelópolis, Fredonia, Venecia y las comunidades vecinas, han estado abandonados a su destino, porque el gobierno departamental ignoró toda posibilidad de industrialización de la minería de la zona.
La estocada final se dio cuando se dejó la línea del ferrocarril de La Pintada hacia Medellín y Puerto Berrío y el daño de la vía férrea por la creciente del río Cauca en el año 1970 que la destruyó en gran parte entre la Felisa y La Pintada, quitando la posibilidad de un transporte económico del material, con la consecuente pérdida de mercado del sur del país. Así mismo se canceló la oportunidad de desarrollar proyectos como una industria de derivados del carbón, porque el gobierno departamental de la época, que estaba apoyando estas iniciativas, suspendió los estudios que venía desarrollando la Facultad de Minas y Petróleos de la Universidad Nacional; dichos análisis aforaron las reservas de carbón en la cuenca del Sinifaná en 160 millones de toneladas, con excelentes características calóricas y posibilidades en procesos de coquización del carbón, materia prima esencial para el proceso de fundición de minerales de hierro.
En una tesis de grado de la Universidad de Medellín titulada “Sensibilidad ambiental y económica para la pequeña minería del carbón en la cuenca del Sinifaná”, se presenta una excelente síntesis del proceso de deterioro de la economía minera de la zona y sus causas, que vale la pena tenerlas en cuenta para formular un plan de desarrollo de la industria minera del carbón, involucrando los yacimientos existentes en la cuenca del Bajo Cauca y de Urabá, con miras a la exportación del carbón coquizado con buena demanda a nivel mundial y de la extracción de derivados que posibilitan el desarrollo de la industria petroquímica a mediana escala.
Estas posibilidades no deben menospreciarse a pesar de los bajos niveles del precio actual del barril de petróleo, porque el mundo seguirá demandando productos de este recurso no renovable.
El carbón tiene posibilidades y no se compagina con la difícil situación económica y social que viven estas comunidades, en donde de las 280 minas que existen en la zona, solamente unas 42 de ellas tienen licencia para funcionar, esto demuestra el drama que existe, porque la ilegalidad permite que haya niveles de ineficiencia y alto riesgo de operación, en detrimento de la salud y la vida de quienes en ellas laboran, como lo demuestran los desastres ocurridos recientemente
