Todavía no podemos conocer ni imaginarnos las dimensiones catastróficas que se pueden dar como consecuencia de la pandemia de coronavirus. No solamente son las miles de personas que morirán, sino los graves efectos que está produciendo en el capitalismo. Las industrias aeronáutica, hotelera, el comercio de bienes de consumo etc., están colapsando. Las bolsas de valores de las grandes capitales se desplomaron en la peor crisis desde 2008. Se producirán pérdidas de empleos ya que algunas empresas no podrán pagar el salario de los trabajadores. Pero los que están en la informalidad, en Colombia aproximadamente un 50 %, que carecen de ingresos adecuados y seguridad contra accidentes o enfermedades, sufrirán de peor forma esta pandemia. Padecerán por ella y por el hambre.
Aquí hay que preguntarse dos cosas: qué y quienes han producido este mundo de extrema miseria, desigualdad y pobreza en el cual la humanidad se enfrenta a grandes catástrofes como pandemias, sequías, olas de calor y tormentas; y cómo sería posible hacer una cambio radical en las condiciones estructurales de la sociedad actual.
La crisis ecológica y sanitaria ha sido generada por el tipo de capitalismo que configuró el neoliberalismo desde finales del siglo pasado. Frente a un capitalismo social que protegía a los trabajadores y a la sociedad, el neoliberalismo se caracterizó por dar paso a un régimen de incesante acumulación de capital y crecimiento económico en el que no importan las consecuencias sociales, ecológicas o políticas. Las garantías y protecciones que daba el Estado en la forma de derechos sociales han sido desmontadas.
Esto se aprecia claramente en el sistema de salud pública que ha pasado a convertirse en un sistema privado con fines de lucro para las personas que pueden pagarlo, –medicina prepagada–, un sistema de seguridad social desvencijado para las personas que tienen la suerte de tener un trabajo de tiempo completo –Eps–, y los trabajadores precarizados que tienen servicios de salud muy deficientes –Sisben–, o no tienen nada.
Para el neoliberalismo, el Estado tiene como meta hacer que entidades de servicio público, como las de salud, produzcan de un modo supuestamente más eficiente, como si fueran empresas privadas. Pero al sacar adelante las reformas neoliberales condujeron a muchos hospitales y clínicas al cierre, a retirar camas de hospitales, a reducir personal sanitario y a la expulsión de millones de personas del sistema de salud. Los gobiernos dejaron de lado la promoción de programas de investigación científica necesarios para desplegar una política de control antiviral. En Colombia no hay los laboratorios ni la comunidad científica para esto porque la investigación no ha contado con los recursos suficientes. Ahora tenemos frente a nosotros las consecuencias de un gran desastre social.
¿Es posible revertir la devastación social que ha producido el neoliberalismo en las últimas cuatro décadas y detener su avance destructor en la naturaleza y la sociedad? Según Slavoj Žižek “la epidemia de coronavirus es una señal de que no podemos seguir como hasta ahora, de que se necesita un cambio radical” .