El Shangri-La no se esconde en el Himalaya, donde hace un frío que pela y no hay más que nieve y silencio. Allí, hasta el greñudo del Yeti sueña con un crucero por el Mediterráneo a cuerpo de rey, con todo incluido y excursiones por Ibiza, Mallorca y Mikonos, donde los días son eternos y las noches insinúan en un escote vertiginoso todos los deleites imaginables. La eterna juventud no se encuentra en el Tíbet sino en un plato de gazpacho. Ni bayas de belladona ni raíces de mandrágora, el elixir mágico se esconde en una sopa fría de tomate, pan, ajo y pepino. Todo crudo y acompañado de aceite de oliva virgen y un chorrito de vinagre.
Ese plato resume todas las bondades de la dieta mediterránea, la misma que ha aupado a España al primer puesto del índice Bloomberg de países más saludables del mundo, superando a Italia. El estudio analiza todos los factores que inciden en la calidad de vida de los ciudadanos de 169 países, desde la alimentación a la sanidad. Con 92,8 puntos sobre 100, España adelanta seis posiciones con respecto a la última edición, de 2017 y supera a Italia, hasta ahora en primer puesto, que pasa a segunda posición. El top 10 lo completan Islandia, Japón, Suiza, Suecia, Australia, Singapur, Noruega e Israel.
La dieta mediterránea es clave en el hecho de que España e Italia lideren el ranquin, pues ha demostrado que logra reducir un 30% las enfermedades que más matan: las cardiovasculares.
La inmensa mayoría de españoles comienza su día con una tostada de pan untada en tomate y aceite, con o sin jamón ibérico, o aguacate. Café y zumo de naranja completan el desayuno. Nada de bollos, dulces o panceta. La dieta es crucial, desde los menús de día en los comedores, que permiten por apenas 10 euros degustar comida casera, hasta el vino. El clima también, ya que reduce el sedentarismo. Aunque el 26,8% de la población lleva a cabo menos de 150 minutos de actividad física moderada o menos de 75 minutos de actividad física vigorosa a la semana, el 65 país de la lista, España figura por delante de naciones como Francia (29,3 %), Japón (35,5 %), Reino Unido (35,9 %) e Italia (41,4 %).
En alcohol y tabaco los datos no son tan positivos. El 29,4 % de los adultos españoles fuma (114 del ranquin) y se consumen 10 litros de alcohol puro por adulto al año (147 de la lista). Sin embargo, como destaca el megaestudio de Bloomberg, el brillante sistema sanitario público logra mitigar esos lunares y coloca a España como el país de la UE con mayor esperanza de vida al nacer: 82,9 años. Por todos estos factores, España será en 2040 el país con mayor esperanza de vida por delante de Japón, con 85,8 años de media.
Y ahí vienen los problemas. Tanta longevidad supone un costoso peso para el país en todos los términos, desde el sistema sanitario hasta las pensiones. El envejecimiento provocará que en diez años haya 12 millones de jubilados con mayor esperanza de vida que nunca. Todos ellos cobrando unos mil euros de media al mes (con 14 pagas). En 2048, serán 15 millones. Pero no seamos agoreros y quedémonos por ahora con lo bueno. Y es que, aunque no somos un gran ejemplo en muchas cosas, sí que sabemos vivir.