Esta será una guerra sucia y de consecuencias impensadas entre un mandatario desquiciado y una población furiosa. Mientras las llamas del descontento social y el hartazgo recorren a Estados Unidos -de Nueva York a Los Ángeles y de Seattle a Miami- Donald Trump acelera su locura y se le ve sonriendo mientras empapa todo de gasolina. El asesinato a manos de un policía blanco del ciudadano negro George Floyd, destapó la ira de siglos de injusticia y racismo en un país que, para desgracia, es manejado...