No se puede ignorar fácilmente la multitud pacífica que inundó las calles de todo el país el pasado jueves. Vive en un estado de negación quien se hace el de la vista gorda frente a las quejas de los ciudadanos en protesta. He seguido las marchas desde la lejanía, desde Miami precisamente, a través de las redes sociales. Me llamó la atención ver a la gente con sus brazos levantados hacia el cielo como estatuas, mostrándole al mundo sus pancartas, las que parecían una extensión de su humanidad. En...