O: Colombia se destapa. Muchos revelaron lo que para ellos significa una orden de la autoridad: nada. El Gobierno dijo “cuarentena nadie se mueve”, y media ciudad salió, como si nada, a pasar el puente del 23 de marzo a lugares fuera de la ciudad. No oyeron. No les importó. No era con ellos. Fueron sordos. ¿Cuál fue el mensaje para sus hijos? “La ley es para otros, no para nosotros”. Y este círculo vicioso nunca terminará. Todavía en Bogotá, según las noticias del viernes, algunos “astutos” madrugaron a las 4 am para salir de la capital a pasar vacaciones quién sabe adónde.
El mundo empelota. Rechazar a los que llevan uniforme de los servicios de salud, como si fueran un peligro, es la degradación social más repugnante que jamás me imaginé ver. Tiene que ser alguien demasiado torpe para renegar de quienes en este momento depende la vida de cientos de miles en el mundo entero. Si no hubiera un camillero para recogernos después de un accidente... o una enfermera que ayude a ir al baño cuando nadie puede o quiere llevarte... o un médico que es el único que hoy sabe cómo devolver la salud, es la mayor muestra de ignorancia y estupidez demostradas al mismo tiempo. Si hay alguien así, entre nosotros, eso demuestra que muy poco nos hemos desarrollado como sociedad de humanos.
El mundo empelota. Mientras más de medio país está pasando por la peor hambruna de sus vidas, sin cómo trabajar para comer o medio comer, otros bromean en las redes sociales sobre los kilos de más que les dejará la inactividad y el encierro. Mínimo, como un acto de solidaridad y empatía, deberían cerrar las bocas para no decir tonterías.
El mundo empelota. Todo el mundo usando plataformas virtuales para tratar de no paralizar del todo al país, menos los congresistas de Colombia, que dizque porque no pueden reunirse de forma virtual: mínimo hasta el 1° de abril, los legislativos de Italia, Francia y España se siguieron reuniendo de alguna forma (presencial y virtual), pero no paralizaron la democracia. En cambio, nuestros “padres de la patria”, no son capaces de estar a la altura del momento ejerciendo control político en medio de la avalancha de decretos del Ejecutivo, por la declaratoria de emergencia. ¡Que trabajen, como los médicos o el personal de la fuerza pública!.