“¿Recuerdas cuando de niño te sentías libre de elegir tu destino y definir el papel de tu vida sin ninguna restricción? Te imaginabas convertido en bombero, policía, presidente, superhéroe y hasta árbitro de fútbol, porque hay gente para todo.
Pero al crecer, la vida, los regaños de la mamá y los hermanos mayores, te matan la candidez y comienzas a entender que el mundo es más un “NO” gigante que un infinito “SI”. Cuando te casas, llegan las matrículas de los colegios de los niños y las cuentas del...