La tela de araña es 5 veces más fuerte que el acero, y todo comienza con que cada uno de los filamentos es más fuerte que un cabello humano. En la sociedad el poder de muchos es importante, pero es necesario tener el poder de cada uno. Hay una frase muy poderosa que se la adjudicaron a mucha gente; desde Gandhi hasta Ana Frank: “ sé el cambio que quieres ver en el mundo”... traigo esta frase, a propósito de las marchas.
Respeto totalmente a quienes hayan ejercido su derecho a la marcha, yo no lo hice. Y quiero reivindicar hoy el poder de uno, el poder que cada uno de nosotros tenemos de aportar al cambio. Una de las razones de protesta, es la retribución salarial y condiciones pensionales. El año pasado estuve en un encuentro en Bucaramanga, donde escuché hablar de la industria nacional en el tema del calzado, y dijeron las personas representantes de ese gremio que “por cada par de zapatos colombianos que uno estaba consumiendo, estaba respetando el empleo digno de 6 colombianos”. ¡Esas cifras se pueden llevar a cualquier otra industria nacional! ¿Será que cada una de las personas que abogan por las condiciones laborales, apoyan los empleos dignos de los colombianos a través del consumo de productos nacionales?
En un acto de equidad con los empleados domésticos, la Corte Constitucional les reconoció los mismos derechos del resto de empleados y obligó a patrones a pagar todas las prestaciones sociales, incluso a quienes trabajan por días. Yo me pregunto: ¿Será que quienes pelean a grito herido por las condiciones laborales y pensionales, les pagan la seguridad social y todos las compromisos parafiscales a sus empleados domésticos?
Durante los últimos años, han asesinado a cientos de líderes sociales, y entre las muchas causas para ello se puede hablar del olvido al que tenemos sometido a muchas regiones del país. Pues bien, ¿Cuántos colombianos, incluyendo los comprometidos que salieron a marchar y subieron su foto a Facebook o pusieron el numeral “cacerolazo” en sus redes sociales, eligen ir de vacaciones a estos lugares de la geografía nacional y apoyar a las organizaciones de nuestros líderes comprándoles sus productos?
Salud y educación son los dos asuntos por los que el clamor popular se hizo sentir. Siempre pero siempre estaré de acuerdo con un aumento en el presupuesto para estos temas. En el presupuesto nacional de 2020 el rubro de educación es la inversión más alta que ha destinado el país: ¿Nos estamos asegurando que ese dinero se vaya a inversión en cobertura y calidad?, o, ¿Mientras nosotros nos quedamos callados, ese dinero va a mantener burocracia?
Finalmente, me llama mucho la atención la posición respecto a la corrupción. ¿Cuántos colombianos actuamos con respeto y no buscamos una “rosca” para hacer un trámite ante el Estado o somos honestos y pagamos los impuestos que nos corresponden según la legislación tributaria?
Partiendo del principio de buena fe, hay que creerle a este Gobierno cuando dice que no ha dado “mermelada”. Si es así, ¿Todas las trabas que le han puesto en el Congreso a las iniciativas de ley de este Gobierno son el reflejo de una “ abstinencia a la mermelada”? ¡Ojalá que todos los marchantes y los colombianos que no votan, nos ayuden a castigar en las urnas a los corruptos y superemos la abstención que es del 40%!
Nota: Y ya que hablamos del poder de uno, me quiero referir al poder de una: de María Paula Correa, Jefe del Gabinete Ministerial de Duque. No la defiendo, ni porque militó en su partido, ni porque seamos amigas, y menos porque le deba algo. Simplemente, porque también es mujer. Hoy, víctima del chisme machista y misógino que circula en twitter y según el cual su nombramiento se debe a ser “la moza del Presidente”. ¡Qué dicha!... Cuando nosotras somos autoridad, la explicación nunca son nuestros méritos, sino que somos “la pareja o la moza” de algún hombre con poder.