Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el año 2025 en América Latina se requieren 1,25 millones de desarrolladores del software, en una industria que desde el 2014 se queja de la falta de formación pertinente de su talento humano. Además tendencias económicas como la denominada Cuarta Revolución Industrial, tienen el potencial de automatizar al menos un 30% de las tareas en el 60% de las ocupaciones. Lo que implica una mayor “sofisticación” y valor agregado del trabajo humano, dice McKinsey.
No soy amiga de las posiciones mojigatas y retrógradas que se hacen cruces sobre la pérdida de empleos cuando se habla de la Cuarta Revolución Industrial. Si va a haber una pérdida de empleos básicos, según el Foro Económico Mundial (FEM), “durante los próximos cinco años desaparecerán 75 millones de empleos, pero también surgirán otros 133 millones de nuevos cargos”.
La Cuarta Revolución Industrial. es una realidad, y el costo de no montarnos a tiempo en esa dinámica será nefasto en el mediano plazo, para la región latinoamericana. Les invito a tomar una postura proactiva como el informe elaborado por los principales bancos de desarrollo del mundo, con el título: El futuro del trabajo: perspectivas regionales, En el documento, se hace énfasis en modificar las estructuras económicas más susceptibles de automatización. Es el caso de la economía centroamericana dominada por los centros de atención al cliente (call centers), el comercio o la agricultura.
Así que el desafío es por el talento humano pertinente según el mercado y los requerimientos reales de las empresas. En Medellín, Ruta N está dinamizando una estrategia de talento humano, con el objetivo de generar cerca de 19.000 puestos de trabajo. Una parte muy importante de esa estrategia es el llamado a la inclusión de poblaciones en condición de vulnerabilidad a integrar la fuerza laboral de las compañías basadas en tecnología.
Con ese espíritu, han tomado fuerza en los últimos años las formaciones intensivas en tecnología o bootcamps. Actualmente en Medellín, la Corporación Makaia y otras entidades privadas aliadas, abren la oportunidad para que 25 jóvenes que ni estudian ni trabajan, entre los 18 y 21 años, de estratos 1, 2 o 3 residentes de Medellín o su área metropolitana, y egresados de hace menos un año y medio, se formen en habilidades para el trabajo en tecnología, con miras a emplearse en empresas de la ciudad.
De igual forma, la Fundación Rofé, en alianza con una empresa de software local, está ofertando una formación tipo bootcamp, cuyas inscripciones están abiertas hasta el 21 de abril. La formación está dirigida a 25 estudiantes que ingresarán becados al programa con miras a la creación de empleo. Lo clave en este proceso es que los jóvenes provengan de colegios oficiales de Medellín con media técnica en tecnología.
Para hablar de las oportunidades laborales que tiene la Cuarta Revolución Industrial, es importante también abrir caminos para la “Reconversión del talento humano”, o sea, la generación de habilidades técnicas y blandas necesarias para trabajar en asuntos de tecnología.
El llamado para quienes lideran organizaciones públicas o privadas es a invertir en esquemas que permitan aprovechar el talento humano. Finalmente, en la actualidad es el principal elemento de producción.