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Carmen Elena Villa Betancourt
Columnista

Carmen Elena Villa Betancourt

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En el Día de los Reyes Magos

Carmen Elena Villa

Hoy, seis de enero, celebramos la fiesta de los Reyes Magos: tres hombres misteriosos, que suelen estar presentes en las figuras del pesebre. Ellos han sido representados en muchos cantos, poemas navideños, célebres obras de arte, de la literatura y también del cine.

Sin embargo, es muy poco lo que nos narran las Escrituras acerca de Melchor, Gaspar y Baltazar. Solo el Evangelio según San Mateo se refiere a estos hombres diciendo que fueron unos magos (no usa la palabra reyes) de Oriente, enviados por Herodes a Belén de Judea para buscar al nuevo Rey que había nacido.

Anduvieron guiados por una estrella que se detuvo justo donde yacía el Niño Jesús, en compañía de su madre María. Resalta este breve pasaje que al encontrarse con el pequeño Rey se postraron para adorarlo y al marcharse se fueron por otro camino.

Nunca dicen las Escrituras que fueron tres, pero por los tres regalos que le dieron, la tradición indica que ese es el número de magos presentes en Belén. Estos personajes por primera vez recibieron sus respectivos nombres cuando fueron representados en un mosaico bizantino localizado en Ravena (Italia), pintado alrededor del año 520.

¿Qué significa que eran magos? Así se les llamaba en Oriente a los hombres sabios: físicos, astrólogos, maestros o videntes. Ellos entendieron que esta estrella era el signo del nacimiento del "Rey de los judíos" y por eso la siguieron. Obedecieron a Herodes, quien temeroso por el nacimiento de un Rey más poderoso que él, los mandó a que lo buscaran. Herodes necesitaba varios espías que dieran con el paradero del Niño Jesús porque quería asesinarlo.

Los Magos tienen mucho que decir al hombre del siglo XXI. Eran sabios, poderosos y quizás muy ricos, pero tuvieron la humildad de postrarse a adorar ante un bebito que había nacido entre las pajas de un establo. Reconocieron que aquel pequeño era Dios mismo y le ofrecieron los mejores regalos: oro, (que significa la realeza de Jesús) incienso (como señal de su divinidad) y mirra (una sustancia aromática para embalsamar cuerpos sin vida y que significa la humanidad de Jesús). Gran lección de humildad la que nos dan estos hombres quienes, por ser tan sabios, de acuerdo con la cultura en que vivían, no tendrían por qué adorar a un niño pobre que ni siquiera tuvo un lugar digno para nacer. Entendieron que el verdadero reinado se trataba, no de acumular para sí grandes riquezas sino de descubrir que la dignidad del hombre es tan alta que Dios quiso hacerse uno de nosotros.

Además, luego de encontrarse con el pequeño Jesús, decidieron tomar otro camino. Ya no irían donde el poderoso Herodes a decirle dónde estaba Jesús. Melchor, Gaspar y Baltazar son más que una figura mítica que aparece en las festividades decembrinas que ya están culminando. Nos enseñan a nosotros también a ver que Dios se ha hecho hombre para elevar nuestra dignidad y “tomar otro camino” para llenar de sentido nuestras vidas. Que el 2021 sea una oportunidad para dejarnos fascinar por esta belleza y hacer de nuestro interior un Belén donde Jesús pueda nacer.

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