Por Azucena Restrepo H. *
El llamado es natural. Una pausa que nos permita cuidarnos y cuidar de nuestros seres queridos. Permanecer en casa es la única acción inmediata que podemos tomar y la que permitirá que la propagación del virus baje su velocidad, de manera que se dé el tiempo para que los diferentes servicios sociales atiendan la epidemia.
No obstante, si bien estas medidas preventivas inciden de manera importante sobre la diseminación del virus, una crisis como la que enfrentamos hoy pone en riesgo la infraestructura hospitalaria de cualquier ciudad, en especial Medellín que, además de enfrentar la epidemia del covid-19, pasa por una crisis medioambiental crítica que exacerba los riesgos de contraer enfermedades respiratorias.
Revisando información generada por Ruta N para su plan de choque de unidades de cuidados intensivos (UCI) para Medellín y datos entregados por la Alcaldía, el caso es alarmante: la disponibilidad es de 400 camas equipadas aproximadamente, las cuales se encuentran actualmente en un 95 % de ocupación.
Por esto, partiendo del cuidado de la vida como objetivo común, empresarios de Antioquia decidieron aportar recursos importantes para aumentar en un 25 % la capacidad instalada en las unidades de cuidados intensivos de Medellín. Con un primer aporte de 15.800 millones de pesos por parte de La Fundación Grupo Argos, Grupo Sura, a través de Seguros Sura y su Fundación, Fundación Nutresa, Colombiana de Comercio-Corbeta y la Fundación Fraternidad Medellín, el sector empresarial y social, con la articulación de Proantioquia, contribuye con sus capacidades a esta contingencia que nos convoca como sociedad.
Este es un aporte importante, pero son múltiples los retos que tenemos al respecto, pues es importante avanzar a su vez en el entrenamiento y capacitación de personal especializado en la atención de pacientes de alta complejidad, así como la consecución de insumos para la atención de pacientes: material de bioseguridad y dispositivos médicos quirúrgicos. Sin lugar a duda, es prioritario aumentar el número de UCI en Medellín. Por otro lado, es importante que blindemos a nuestros hospitales hoy más que nunca, pues la cancelación de citas, cirugías y reorganización de salas y camas para priorizar la atención de pacientes con covid-19 limita su flujo de ingresos.
Además de celebrar la contribución del sector privado, es también la oportunidad de hacer un llamado a todos los sectores para aportar, pues la contingencia solo aumenta las grandes problemáticas históricas que ha sufrido nuestro departamento: la desnutrición crónica, que ahora deberá de ser atendida no desde los centros sociales, sino desde el hogar; el mejoramiento de la calidad de la educación, en especial en las zonas rurales más remotas donde la conectividad es limitada; el apoyo a las pequeñas empresas que, ante una crisis económica como la que está comenzando, son las primeras que van a sufrir. Esta pausa de rutinas nos debe unir como sociedad, reflexionar sobre nuestros hábitos y, de paso, pensar en aquellos cambios que nos permitirán tener un país con mayor equidad social y ambientalmente sostenible
* Presidenta Ejecutiva
Proantioquia