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Numerosos colombianos consideramos sombrío nuestro futuro mientras a Venezuela la gobiernen Nicolás Maduro y sus militares narcotraficantes sometidos a Rusia, Cuba y China. Mike Pompeo, Secretario de Estado de EE. UU. afirmó ante los medios de comunicación que Nicolás Maduro tenía listo un avión para viajar a Cuba el pasado 30 de abril y que los rusos lo convencieron para que se quedara. Inquietante precedente, como comentaremos más adelante.
Por los temores que me causa el socialismo bolivariano, he seguido paso a paso el inesperado levantamiento popular convocado ese día temprano por el presidente interino de Venezuela, señor Juan Guaidó, acompañado por algunos pocos militares opuestos a la tiranía de Maduro y por el señor Leopoldo López, gran jefe político encarcelado hacía cuatro años por el narcorrégimen, por instigar las protestas y por daños a los bienes públicos. El refugio de López en la Embajada de Chile primero y luego en la de España figura entre los aspectos positivos del levantamiento, porque quien lo excarceló fue nada menos que el Sebin -Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional- o sea, estos ya no le marchan a Maduro.
Entrada la noche, manifestó Maduro que la escaramuza de golpe de Estado había fracasado. Verdad a medias, porque tanto él como sus secuaces sí permanecían al frente del país tras abalear y arroyar con sus tanquetas a unos opositores desarmados, tras recibir el apoyo del desacreditado ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. El mayor fracaso lo presentó la inteligencia cubana por no sospechar este levantamiento.
¿Por qué no desertaron más militares para apoyar a Guaidó? ¿Improvisaron en el intento de derrocar a Maduro? No lo creo, el señor John R. Bolton, Asesor para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos, dijo claramente en uno de los noticieros de CNN en español, que algunos importantes funcionarios del régimen se habían comprometido previamente a apoyar la salida de Maduro de la presidencia. Entre tales funcionarios incluyó al cada vez más desacreditado Padrino López, al presidente de la Corte Suprema, Maikel Moreno y al jefe de la contrainteligencia, Rafael Hernández.
Mi explicación al incumplimiento de este compromiso estriba en que los bienes mal habidos que poseen tanto Maduro como sus secuaces, se encuentran invertidos en la banca rusa. Se rumora que los rusos llamaron a Padrino López y le dijeron, recuerden que nosotros poseemos sus dineros y que podemos refugiarlos, favor olvidarse de los compromisos con el señor Bolton y permanecer en Venezuela.
Mi pregunta es, ¿a favor de quién corre el tiempo ahora? Ojalá corra en favor de las mayorías que lidera Guaidó, mayorías sin empleo para sobrevivir, sin alimentos, sin energía eléctrica, sin agua, sin medicamentos, sin esperanzas y con una hiperinflación que hará que lo que costaba un bolívar fuerte en enero cueste 100.000 en diciembre de 2019. Los cerca de 60 países que reconocen a Guaidó como presidente de Venezuela deben elevar sus presiones. Pero dudo que Donald Trump, hoy en campaña política, apoye una intervención militar en Venezuela. El dominio de Rusia sobre militares importantes debe preocupar a quienes hemos visto a Rusia intervenir en Siria.
Me atrevo a afirmar, por fortuna, que las grietas presentadas por las fuerzas armadas se están profundizando, porque basta con mencionar que hasta los familiares del retorcido Padrino López le enviaron un video solicitándole que apoye al presidente interino, Juan Guaidó. Quiera el Cielo que cuando se publique esta nota ya hayan abandonado a Venezuela Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y demás colaboradores.
