La semana pasada se conocieron dos noticias sobre Hidroituango: primera, la aseguradora cubrirá los daños materiales de infraestructura y equipos, y el retraso de entrada en operación o lucro cesante (aún no se sabe exactamente cuánto dinero será); la aseguradora pagará el seguro porque, según su informe, todo fue un “evento accidental y de características imprevisibles. Si hubiera existido negligencia o dolo no se hubiera expedido esta nota”, explicó a los medios el gerente general de EPM, Jorge Londoño De la Cuesta. Segunda, a los dos días apareció el informe de la Contraloría General de la República, donde dice que “La gestión de la gerencia y control del proyecto de generación eléctrica Hidroituango no cumplió con los principios de eficiencia y eficacia ni con los objetivos propuestos en lo referente a resultados físicos y financieros del proyecto”. La Contraloría dice que tardaría 35 años en empezar a generar rentabilidad (si el proyecto empezara a funcionar ya, cosa que no pasará). Como están las cosas, Hidroituango, sin arrancar, ya tiene un valor negativo de $5,7 billones.
¿Fue un asunto accidental, como dice la aseguradora, o fue un problema de eficiencia y eficacia empresarial, como dice la Contraloría General?
¿Quiénes hicieron los estudios para dar esos resultados? “La aseguradora designó un equipo de expertos nacionales e internacionales (ingenieros, geólogos y geotecnistas especialistas en presas y obras subterráneas, abogados, entre otros) (El COLOMBIANO, septiembre 18). Mientras que la Contraloría basa su informe en “un equipo multidisciplinario de auditores integrado por abogados, ingenieros civiles y de sistemas, economistas, contadores y geólogos, entre otras profesiones, y todos con más de 15 años de vinculación a la CGR. Adicionalmente se contó con el apoyo de un equipo de la Universidad Nacional en el tema de análisis financiero al proyecto” (El Espectador, septiembre 20).
Los expertos de la Contraloría “evidenciaron debilidades en los estudios técnicos tanto en obras de la logística inicial, como de las obras principales, que ocasionaron modificaciones a los contratos por mayores cantidades de obras, inclusión de nuevos ítems, rediseños y cambios de técnicas constructivas, lo que generó mayor tiempo y costos para el proyecto” (El Espectador, septiembre 20).
Si esto es así, ¿por qué la aseguradora dice que todo fue un accidente imprevisible? Que alguien le explique al país por qué hay dos informes contradictorios y diferentes ¿Cómo se entiende todo esto?.