Por Gustavo Robledo Clavijo
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Motivado por el desconocimiento y desprecio que ha demostrado el actual alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, de la historia de esta querida ciudad, cuyo desarrollo y progreso ha sido el fruto de la alianza cívica de gobernantes, empresarios y ciudadanos, me di a la tarea de hacer la lista de las principales obras e instituciones de servicio público que desde el año 1900 hasta hoy, han constituido los fundamentos y realidades del éxito y del progreso de esta región, admirados y copiados tanto por las demás regiones de Colombia como por otros países.
Es una microhistoria de nuestra querida ciudad, y por ende del departamento de la cual es capital, referente a sectores en los cuales se destaca la participación de sus dirigentes cívicos y empresariales en la construcción de su desarrollo y progreso, en la consolidación de sus instituciones, en el lleno de deficiencias y vacíos, que el Estado por diversas razones no ha podido cumplir en la atención de ingentes necesidades sociales y económicas.
Instituciones Cívicas: Sociedad de Mejoras Públicas – Amor por Medellín.
Promoción Empresarial: Cámara de Comercio – Central Mayorista – Microempresas de Antioquia – Ruta N.
Infraestructura: Aeropuerto Olaya Herrera – Carretera al Mar – Sistema de Valorización.
Educación: Eafit – EIA.
Solidaridad: Antioquia Presente – Fundación Fraternidad Medellín.
Cultura: Instituto Bellas Artes – Medellín Cultural – Museo Antioquia.
Salud: Hospital San Vicente – Clínica Luz Castro – Hospital Pablo Tobón Uribe – Clínica Noel – Comité de Rehabilitación.
Sociales: Subsidio Familiar – Comfama – Proantioquia – Interactuar.
Instituciones Ecológicas: Jardín Botánico – Zoológico Santa Fe – Parque Arví – Arborización de Medellín.
Deporte: Ligas y patrocinios a campeonatos.
Al contemplar semejante lista de obras y aportes de la clase empresarial y de los movimientos cívicos de Antioquia al progreso de su capital y del departamento, se evidencia que el desarrollo, progreso y sostenibilidad de esta región, ha tenido muchísimo que ver con su acción y participación patriótica y resiliente, valor que indudablemente ha marcado su diferencia en el concierto nacional y que los gobernantes de turno siempre han debido respetar y apoyar.
La gran conclusión es que todo alcalde, para gobernar una ciudad con éxito, necesita haber estudiado su historia y haberse compenetrado con ella, haber aprendido y profesado muy bien sus valores, para que en el ejercicio de su gobernanza sean respetados y prevalecidos
