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Como resultado de mi columna del 29 de abril (Una iniciativa transformadora), muchas personas e instituciones me han pedido compartir con más detalle el enfoque de sostenibilidad que promoverá el Agroparque Biosuroeste en beneficio de la provincia de Cartama. La base científica y práctica de este, nos la ha venido dando generosamente el Instituto von Humboldt, ejemplo internacional de rigor académico y conocimiento profundo y sistémico de la geografía de los recursos naturales de nuestro país. La pregunta que orienta al Instituto es: ¿cómo gestionar mejor la biodiversidad y los recursos del medio ambiente, desde una perspectiva que permita producir a la vez que conservar, teniendo en cuenta la economía de la naturaleza?
Biosuroeste necesita ordenar su proyección de sostenibilidad desde tres escalas interrelacionadas: con visión de provincia; de cada municipio; y desde sus propias actividades en el terreno del agroparque.
En la primera escala, el enfoque tiene tres pilares: paisajes sostenibles, lo cual significa protección del agua y la biodiversidad como los determinantes de la sostenibilidad; modelos de planificación provincial soportados en dichas variables; y desarrollo de fincas sobre el concepto de “producir conservando y conservar produciendo”.
La segunda escala, es ayudar a la inclusión inteligente en el ordenamiento del territorio de aspectos clave de biodiversidad y servicios ecosistémicos. Entre otros, la definición de áreas de carácter estratégico; como el caso de cuencas. La adecuada gestión del agua es algo que no se puede negociar cuando se habla de sostenibilidad. La definición de zonas productivas y las que hay que restaurar, pues en un paisaje funcional, tal como en cualquier organismo vivo, “hay que generar prótesis que permitan volver a generar las conectividades del territorio”, como bien lo expresa el Instituto.
Y en la tercera escala, la del Agroparque mismo, la aspiración es que sea el modelo de predio sostenible, con un riguroso registro de información sobre biodiversidad y en consecuencia con un monitoreo científico de nivel internacional. El Instituto destacó el rol del Agroparque Biosuroeste para la conservación del bosque y lo estratégico de su dimensión educativa y formativa, pues gracias a ella se podrá generar una masa crítica que al conocer las potencialidades del territorio tome decisiones acertadas para su mejor desarrollo.
El compromiso del Instituto von Humboldt con el Suroeste lo ha llevado a compartir con los dirigentes de la Provincia de Cartama y las instituciones que promovemos su mejor desarrollo, las experiencias en el proyecto de gestión integral del territorio de las cuenca del Río Samaná Norte, Río Claro y en el Corredor del Puma en el área del Magdalena Medio antioqueño. Allí se expresan de manera clara las tres escalas mencionadas. Y la forma como logró que el municipio de Envigado repensara su modelo de ocupación actual hacia uno más sostenible, bajo el enfoque de consumos ecosistémicos.
Lejos de tener un discurso extremista, el Humboldt busca generar estrategias que permitan conservar a la vez que hacer productivos los territorios. Las escalas de trabajo que promueve y que hemos ilustrado, son la mejor guía de cómo puede adelantarse de forma rigurosa el ineludible trabajo que corresponde en primer lugar a los gobiernos, en segundo a los productores y en tercer lugar a todos los ciudadanos.
* Presidente Proantioquia .
