La innovación y la tecnología hoy día son herramientas mínimas que debe dominar cualquier empresa para ser competitiva. Sin embargo, en un mundo que cada vez se repiensa de cara a su futuro y sostenibilidad la tecnología y la innovación deben ser vistas como medios para lograr un propósito. Y es en este enfoque donde se encuentra el verdadero camino de la longevidad de una empresa. Dicho de otro modo, la innovación debe servir a la estrategia y la estrategia al propósito de nuestra organización.
En un mercado convulsionado, lleno de incertidumbres y divisiones, nada parece más importante que declarar la razón de la existencia de una compañía. ¿Por qué existe nuestra empresa? Esta quizá sea la pregunta más profunda que puede tener una organización. Un interrogante que nos debe orientar a un verdadero servicio a la sociedad, a una declaración que brinde suficientes razones para seguir luchando por la sobrevivencia y reinvención de la organización. Y con esta pregunta clara el paso siguiente debería ser atraer el mejor talento que tiene las mismas convicciones que motivan la razón de existencia de una compañía.
Cada vez observamos con mayor frecuencia cómo las empresas invierten en tecnologías de manera desesperada. Muchas veces guiadas por la moda y las tendencias. Advertencia. Nada más peligroso que llenarse de “fierros tecnológicos” sin tener claro cómo estos habilitan y fortalecen el propósito empresarial, la razón de la existencia.
Casos de éxito empresarial como Patagonia, Whole Foods o Karun en Chile, son el claro ejemplo de cómo anteponer a cualquier decisión el propósito de la compañía y posteriormente avanzar en la estrategia utilizando tanto innovación dura como blanda, al igual que adopción tecnológica.
Las empresas son la creación más contundente para eliminar la pobreza. Una empresa se debe a la sociedad y su fin último es trabajar por esta. Las organizaciones que hoy tienen claro su rol y responsabilidad social, más allá de simplemente generar empleos y pagar impuestos son organizaciones que cumplen un papel fundamental para construir una mejor sociedad.
Definitivamente los empresarios y emprendedores que solo piensan en cómo enriquecerse y no buscan la razón de existencia de su empresa, el camino de servir y construir mejores sociedades, regenerar el medio ambiente, ayudar a eliminar pobreza en las zonas donde se opera, sin titubeos, son empresarios que más temprano que tarde tendrán a sus organizaciones en dificultades de sobrevivencia. Esto porque el mercado castiga cada vez con más severidad a quienes solo sirven a un propósito financiero.
La lucha contra la inequidad no es solo papel del Estado, es deber de las empresas. Salarios justos, formales, inversión social y ambiental donde se opera son temas obligados de una organización con propósito.
Personalmente creo que es poco aspiracional cuando una empresa es muy innovadora, pero a la vez no cuenta con un verdadero propósito de servir a la sociedad.
Qué bueno sería que, en Antioquia, como en su momento lo hicimos en Ruta N en el Pacto por la Innovación, lanzar el Gran Pacto por la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS – y armar el ranquin de las empresas que más le sirven a nuestra sociedad antioqueña. Sin lugar a dudas serían una gran innovación transformacional en nuestro territorio