Por estos días me han llamado la atención algunos artículos de la prensa internacional que sostienen que tanto países rivales como aliados de los Estados Unidos están tratando de terminar el rol del dólar como moneda dominante desde 1950, tanto para las transacciones comerciales como para las reservas de los países.
Desde hace algunos años, los Estados Unidos habían empleado ocasionalmente su posición como superpotencia financiera para influenciar los destinos de otros países. Pero bajo el presidente Donald Trump, se ha pasado a usar estos poderes con sus sanciones derivadas, en forma rutinaria, para sus guerras financieras.
Los expertos consideran que las sanciones aplicadas no tienen un bajo costo. Que tornan ellas el ambiente de los negocios complejo e impredecible al interferir con el flujo de dineros en el mundo. Y que si la administración Trump continúa aplicándolas en forma agresiva, se elevarán los esfuerzos para evadirlas. “Los Estados Unidos no tienen un monopolio sobre la ingenuidad financiera”.
La carga contra el dólar la están liderando países amigos como Gran Bretaña, Alemania, Francia y Turquía... acompañados por rivales como China, Rusia, India, Irán... Para consultar los numerosos artículos que existen sobre estos intentos, digitar por Google: Dethroning the dollar. Las empresas de los europeos en Irán están casi todas al borde de la quiebra.
Entiendo que los experimentos para desdolarizar el comercio se están realizando con el empleo de las monedas locales banco a banco, como sistema de pagos. China y Rusia ya están probando comercios bilaterales con sus propias monedas y con ‘swaps’. El ‘swap’ o permuta financiera es un contrato por medio del cual dos partes se comprometen a intercambiar sumas de dinero en fechas futuras.
“Afirmó Putin: nosotros no estamos tratando de sepultar el dólar, el dólar nos está sepultando a nosotros, porque los pagos en dólares tardan semanas mientras los intermediarios financieros los aprueban”. El dólar es la moneda empleada hoy para acumular dos tercios tanto de las reservas mundiales como para transar dos tercios del comercio mundial. Se rumora que Estados Unidos no posee hoy las reservas en oro que debería tener.
Países aliados como Gran Bretaña y Francia también están ingresando en esta ola. Algunos otros, como Irán, Malasia, Turquía y Qatar, están comenzando a usar criptomonedas. Estas tendencias, opinan los analistas, ya marcan un punto de inflexión para el dólar como arma de guerra. “No existe la menor duda, nos estamos moviendo hacia un sistema monetario internacional multimonedas”.
Este comercio con permutas financieras exige reciprocidad comercial, intercambio de bienes entre los dos países participantes. Presumo que, para Colombia, nación con pocas perspectivas para exportar bienes con tecnología, pero con algunas perspectivas para sus productos agrícolas, bien puede resultar ser la tabla de salvación.