De bofetada a la Administración Obama tildaron los altos cargos de la diplomacia norteamericana el discurso pronunciado esta semana por el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante las Cámaras del Congreso de los Estados Unidos. ¿Un golpe en la cara que ensancha aún más la brecha entre Washington y Tel Aviv? Aparentemente, la insolente actuación de Netanyahu irritó no sólo a Barack Obama, sino a la inmensa mayoría de sus colaboradores. Fue la gota que hizo desbordar el vaso...
No es costumbre que un estadista utilice la tribuna parlamentaria de un país extranjero para alertar a los representantes electos de otra nación sobre los peligros, ficticios o reales, que implica la política llevada a cabo por sus gobernantes. Es lo que hizo Benjamín Netanyahu al censurar el posible pacto nuclear con Irán. “Si a los estadounidenses les importa su seguridad, a los israelíes nos preocupa la supervivencia”, señaló Netanyahu. Su advertencia fue acogida con júbilo por los congresistas republicanos, aunque también demócratas, partidarios de la mano dura en las relaciones con los paísesrebeldes – Corea del Norte, Irán, Siria... Rusia. Una postura inquietante, teniendo en cuenta la proliferación de los focos de tensión que acompaña los espectaculares reajustes geoestratégicos de la última década del siglo XX.
Recordemos que Netanyahu fue uno de los primeros políticos que alertó, a finales de los años 90, sobre el peligro que supone el programa nuclear iraní. Desde el inicio de las consultas entre Teherán y las potencias occidentales sobre el programa nuclear iraní, las autoridades hebreas presentaron un documento de trabajo conocido bajo el nombre del memorándum de los cuatro “no”. No al enriquecimiento del uranio, No al centrifugado, No al almacenamiento de uranio enriquecido, No al suministro de agua pesada para el reactor nuclear de Arak. Con el paso del tiempo, los cuatro no se han convertido en historia. Los iraníes han adquirido conocimiento para fabricar armas atómicas.
Un nuevo factor se añadió recientemente al regateo nuclear: la ofensiva global contra el Estado Islámico. La Casa Blanca tiene interés en asociar a los países del mundo árabe-musulmán a la coalición ideada para combatir a las fuerzas del mal.
Netanyahu aprovecha los últimos días de la campaña electoral en su país para romper moldes, sabiendo que el golpe en la cara de la administración estadounidense podría facilitar su reelección o convertirle en incuestionable líder de una oposición conservadora. Netanyahu, ¿profeta en tierra de Israel? Un legado éste difícil de gestionar sin la ayuda del Congreso de Estados Unidos.