Una cosa es predicar y otra dar trigo. De predicar sabe mucho la izquierda, acostumbrada a dictar cátedra con la superioridad moral que, por lo visto, otorga andar en andrajos clamando contra la opresión para tapar el fracaso personal. Porque hoy en día, en las sociedades desarrolladas, no hay absolutamente nadie que no pueda triunfar y alcanzar el éxito si lo persigue con tesón. Con el acceso a la escolarización universal y a los estudios superiores públicos, solo los locos, los facinerosos y los...