Lo que representa el episodio parece lejano, pero no. Es muy, demasiado cercano. La duquesa de Sussex (Inglaterra), Meghan Markle, esposa del príncipe Harry, una exactriz birracial norteamericana, reveló su maltrato por la monarquía y la prensa inglesa con comentarios racistas sobre ella y su hijo que a lo mejor sería de piel muy oscura para la blanca realeza y no merecería título alguno.
Ese racismo, ese creerse superior a los demás por el color de la piel no se ha podido alejar de muchos escenarios y países. Se asume esa superioridad sin manifestarla siempre abiertamente.
La imagen de una policía sosteniendo el paraguas para que no se mojara la esposa del presidente Iván Duque, María Juliana, durante la posesión de este es demasiado clara. Más reciente, otra sosteniendo el bolso de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
Si se mira en el contexto internacional los funcionarios cargan su paraguas y su bolso.
Pero acá hay todavía esa creencia en ciertas personas y clases sociales de sentirse más que los demás. Viene desde la Colonia y la Independencia, cuando muchos criollos, bien lo relata Jorge Orlando Melo en “Colombia: una historia mínima”, sintieron que eran iguales a los españoles (a pesar de tener piel algo tiznada, mestiza) y no podían dárseles a indígenas y negros los mismos privilegios que tenían ellos.
(Es que hasta para liberar a los esclavos había que indemnizar a sus ‘dueños’, como ocurrió en distintas partes, Estados Unidos, por ejemplo –léase a Thomas Piketty-, que acá copiaron los arribistas blancos de piel no tan blanca.
Tiene mucho que ver con la indiferencia sempiterna hacia nuestros negros e indígenas y el abandono de las tierras donde viven del Chocó y todo el Pacífico, por ejemplo, que son apropiadas por ‘los blancos’ (color que les da el dinero) si tienen oro u otras riquezas, tildándolos de perezosos y de poco espíritu.
Una ‘supremacía’ que se extiende en distintos ámbitos. Contaba en estos días la periodista Claudia Morales que entrevistando mujeres para emplearlas como ayudantes de las tareas domésticas, casi todas desconocían que tenían derecho a pensión o a salud y muchas ya andaban entradas en años, lo que indica el futuro que les espera.
Rezagos coloniales que se resisten a morir así entre nosotros no haya un solo blanco nacido en estas tierras.
Hubo una vez una duquesa víctima del racismo y unas mujeres que se creían duquesas para someter a otras a su servicio.
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