Por Alexander Londoño Rivero
Universidad Eafit
Finanzas, semestre 9
alondo83@eafit.edu.co
No sé si soy millenial o de la generación Y, X o Z, lo que sí sé es que todo ese afán que tiene la sociedad, representada en los sociólogos, antropólogos, psicólogos y demás profesionales, por definirnos en un periodo de tiempo, herramientas y características específicos no hace sino contribuir a esa falta de definición propia de quienes somos miembros de la “generación global”, que es un término que alcanza a describir mejor a esos que nadie ha sido capaz de definir.
Somos la generación que le tocó vivir en medio del nacimiento del SIDA y la pandemia del coronavirus; todo ello en medio de una filosofía de tómalo o déjalo. Somos la generación a la que la cuarta revolución industrial le parece un juego porque, eso que llaman revolución, para nosotros es tan solo otra denominación a lo que venimos haciendo desde que nacemos. Somos la generación que se enamora de alguien al otro lado del mundo mientras ignora al que está sentado al lado. Somos la generación que está asesinando todas las industrias tradicionales con nuestras exigencias, todas hechas a la vez.
Conocidos por nuestro narcisismo y empoderamiento nos critican por ser la generación que quiere ser premiada solo por asistir o la generación que publica todo en sus redes sociales, pero parece que la indiferencia ante el sufrimiento y una especie de idiotez ante las relaciones interpersonales la que más se repite en esas definiciones. Nuestro afán por no sentir nos lleva a intentar todo con el fin de eliminar el dolor, la ansiedad y las preocupaciones.
Ahora bien, ¿qué no es eso a lo que está apuntando toda la sociedad ahora? Eliminar la ansiedad de estar encerrados, la sensación de soledad estando rodeado de gente o el nivel hasta el cual nos afecta una situación externa a nosotros. Somos la generación global porque los demás ven representado en nosotros todo lo que está mal mientras esperan que seamos la solución para esas preocupaciones. Somos la generación inconforme, desafortunada y siempre a la defensiva. La generación más joven pero la que más carece de vitalidad. Sin embargo, somos la generación que entiende que es ahora o nunca el momento de iniciar un cambio, por muy grande que nos pueda llegar a quedar.
*Taller de Opinión es un proyecto de
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