El exagente de la KGB en los Estados Unidos durante 16 años, señor Yuri Bezmenos, publicó un revelador video que circula por las redes sociales, en el cual nos expone las nuevas estrategias de los rusos para desestabilizar los países.
Comienza Yuri informándonos que el espionaje romántico del pasado tan solo les ocupa hoy el 15% de su tiempo a los funcionarios de la KGB en el mundo. Que el 75% restante lo dedican a lo que ellos llaman subversión ideológica o guerra sicológica que comienza con un lavado del cerebro de la juventud en cuatro pasos, a saber:
Primero. Desmoralización. Es un proceso que puede durar entre 15 y 20 años, que es el tiempo requerido para educar una generación en la ideología del enemigo, el marxismo-leninismo, y para abandonar los valores básicos de un país.
Este plazo ya se cumplió en los Estados Unidos y quien esto escribe sospecha que en Colombia y en muchos otros países latinoamericanos también se cumplió, porque no pocos políticos, comunicadores y profesores ocupan a la fecha puestos clave en el gobierno, la prensa, las universidades...
Se caracterizan tales funcionarios por su discurso basado en la igualdad y en la justicia social, por su incapacidad para valorar las informaciones que les suministran las realidades de su país, porque ignoran que los gobiernos que proponen suelen ser controlados por poderosas minorías con intereses diferentes de los de las masas, porque nada aceptan contrario a su verdad revelada, hasta que las poderosas minorías los esclavizan.
Segundo. Desestabilización. Este segundo paso puede durar entre cuatro y cinco años. Los objetivos son las desestabilizaciones: de la economía y de las fuerzas del orden. La economía se destruye por medio de las emisiones de dinero como en Venezuela o del endeudamiento estatal como en Colombia. Las fuerzas del orden se debilitan desfinanciándolas y atándoles las manos para combatir la subversión y el derecho a protestar con vandalismo también como en Colombia.
Tercero. Crisis. Los países entran en crisis en pocas semanas tras derrocar a los mandatarios elegidos democráticamente para remplazarlos por dictadores pro Rusia, como en Nicaragua y en Venezuela. Ojalá no suceda lo mismo en Colombia.
Cuarto. Postcrisis. De duración indefinida. Los gobernantes de turno comienzan la era de la normalización eterna, con promesas de paraísos en la tierra, con la finalización de la libre competencia y en guerra permanente contra los principios liberales, con el espejismo de hacerle creer a la población que viven satisfechos y en paz...
Despertar de esto, concluye el señor Yuri, tarda entre 15 y 20 años en el mejor de los casos, mientras se levanta otra nueva generación en remplazo de la anterior, educada con principios morales y con las ideologías económicas que han triunfado.