Mientras la Alcaldía de Medellín se empeña en contar nuestro pasado doloroso desde el lado de las víctimas del narcotráfico, el canal Caracol emite Las muñecas de la mafia 2. Y esperen la 3, la 4 y así hasta la 16. ¿Nos mueve la vida? ¡Cómo no, moñito! De ser honestos, su eslogan sería “Nos mueve el billete”, porque sin violencia, traición, deslealtad, ambición, sufrimiento, explotación, muerte, llanto y dolor, no hay paraí$o. El mundo de la mafia sí que sabe poner en un tazón todos estos ingredientes, y los canales privados de nuestra televisión sí que saben sacarles provecho.
Pero contrario a las narconovelas, donde generalmente los televidentes acaban haciendo fuerza para que el capo consiga burlar las autoridades y todo conspire a su favor para que corone sus “hazañas”, los estudiantes de Medellín sabrán que hubo una vez un mafioso que le puso precio a la vida de policías, periodistas, jueces, magistrados y líderes sociales que para él significaban una piedra en el zapato. Si contamos a los ciudadanos de a pie que tuvieron la mala fortuna de pasar por donde algún día hicieron explotar una bomba, el narcotráfico dejó más de 46 mil víctimas mortales solo en Medellín, sin hablar de los sicarios armados y empoderados en nuestros barrios que han continuado un legado criminal de corrupción y búsqueda de dinero fácil a como dé lugar. Y sabrán que detrás de cada mansión, de cada auto de alta gama, de cada fortuna y de cada “muñeca” mandada a hacer por encargo en un quirófano, generalmente hay un reguero de dolor que debemos conocer y no merecemos repetir.
El narcotráfico es una llaga con la que parecemos condenados a vivir, y no porque no se muestre quiere decir que no suceda, pero la influencia de la televisión es tan grande que no es difícil medir el impacto que causa, especialmente en los jóvenes en proceso de formación, que ven en esos personajes modelos para imitar.
“En mi colegio, Medellín abraza su historia”, es una iniciativa que llega a las aulas para construir nuestra memoria colectiva, de la mano de los maestros, con el ánimo de inspirar a los niños y jóvenes para que sean líderes positivos, capaces de construir un mundo mejor. A través de una línea del tiempo, desde 1970 hasta 2019, cada década es analizada al detalle, para que conozcan los hechos como fueron y para que conozcan a los verdaderos héroes: Don Guillermo Cano, Rodrigo Lara Bonilla, Diana Turbay Quintero, Carlos Mauro Hoyos, Antonio Roldán Betancur y todos los que murieron bajo un régimen de narcoterrorismo.
En esta especie de cátedra de transformación social, que nuestra sociedad pide a gritos, los maestros cuentan con material de apoyo y herramientas pedagógicas para fortalecer este intento de recuperar los valores que el narcotráfico nos cambió. Pero no es solo tarea de la escuela: También en familia podemos hacerlo a través de https://www.medellinabrazasuhistoria.com/. Apaguen el televisor, entren a esta página con el mismo fervor con el que ven una serie de Netflix, y conozcan la historia como realmente fue.