Que los consumidores tengan pleno conocimiento de sus derechos es un proceso largo. En Colombia, particularmente, muchos asumen que cuando compran un bien o servicio, la empresa que les vende o les presta el servicio les está haciendo un favor. ¡Y lo peor es que muchas de esas empresas también piensan así, que le están haciendo un favor al consumidor! En países desarrollados los consumidores tienen plena conciencia de sus derechos, y son ellos los que exigen cumplimiento, verdad, seriedad y calidad. Y hay instituciones públicas fuertes que, ante incumplimientos de las ofertas, hacen cumplir la ley y el Estatuto del Consumidor.
Es alarmante el trato que en Colombia se le da al consumidor, la forma como se le engaña con publicidad tendenciosa. Desconozco si hay estudios de campo, pero se podría hacer uno con la publicidad de las empresas automotrices: ¡cuántas promesas anuladas en la letra pequeña! O en el caso de los supermercados, la obligación de respetar el precio fijado cuando es el almacén el que comete el error: le echan la culpa al comprador por ese error.