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Llegaron las elecciones más importantes para las regiones colombianas y mucho más importantes para el futuro de la vida colombiana. Se eligen gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y miembros de las Juntas Administradoras Locales.
Elecciones importantes, sin ninguna duda, para los departamentos y municipios, pero, si nos equivocamos, es Colombia la que sufre las consecuencias de ese error. En Neiva, ha sido amenazado un candidato a la alcaldía, en el Caquetá y el Putumayo está amenazado todo el Centro Democrático. La violencia es la táctica de la izquierda, lo vemos en el Ecuador, en Chile, en Bolivia, en el Perú, en la Argentina, por supuesto en Venezuela y ahora en Colombia donde se ataca a las fuerzas del orden. Hemos visto a los encapuchados cobardes, que no dan la cara, atacando con garrotes, piedras y bombas a los miembros de la Policía, quienes no pueden responder porque serían sancionados. Vimos cómo, un vigilante de Transmilenio, en Bogotá, fue despedido de su empleo por defender con arma de fogueo a unos policías que fueron atacados por los subversivos. Todo esto se puede controlar si el próximo domingo votamos por los amigos y defensores del orden. Si votamos por el apoyo al presidente Duque para que, con la ley y Constitución como escudos, pueda defender a la Patria de la subversión que se apodera de Latinoamérica con sus prácticas violentas. El Foro de Sao Paulo se extiende por todo el continente.
Hay que votar por el orden, por la disciplina, por la justicia, por la paz, por unas verdaderas y respetables instituciones. Colombia no puede seguir siendo un país descuadernado, como dijera Lleras Restrepo. Colombia tiene que volver por el orden que nos dejó el presidente Uribe y corregir el desorden y la entrega que nos dejó su sucesor. Colombia, Medellín y Antioquia merecen unos buenos gobernantes, ese es el compromiso que tenemos el domingo próximo. Que nadie se quede en la casa sin votar, porque los amigos del desorden y del caos sí saben para qué es la democracia y para qué son las elecciones. Hay que aprovechar que todavía gozamos de ellas y que, a pesar del gobierno anterior, todavía podemos expresarnos.
Ya vemos en las calles manifestantes encapuchados. Si se camuflan es porque algo tienen que esconder. Aprovechan el anonimato para atentar contra las autoridades de la policía y de las fuerzas armadas en general. Son unos cobardes y los cobardes saben hacer las cosas tapados. Son capaces de asesinar, de atentar contra la vida de las autoridades como lo hemos visto en los últimos días. Los mamertos esperan que la autoridad se defienda para acusarla por excesos en la defensa, apoyados por algunos jueces politizados que tanto daño le han causado a la patria.
Es hora de reaccionar y la reacción tiene que ser con las armas que nos da la democracia. Esas armas, nuestras armas, son los votos. Utilicemos lo que nos entrega la democracia para salvar a la patria colombiana. El domingo que todo el pueblo bueno de Colombia colme las urnas de votos.
La patria está en peligro, es nuestra responsabilidad salvarla y sería nuestro mayor error e irresponsabilidad dejar que fracase.
