Síguenos en:
Juan José García Posada
Columnista

Juan José García Posada

Publicado

La vida en serio para disminuir el relajo

Por juan josé garcía posada

juanjogp@une.net.co

Razón tiene el profesor Fernando Savater cuando pone en cuestión que los seres humanos cambiaremos para bien después de la emergencia. Ha estimado que no tiene lógica presumir que seremos mejores. Al contrario, basado en el argumento de autoridad que le atribuye a Mark Twain, piensa en la inmensa capacidad de los hombres, seamos como seamos, de hacer las cosas peor. No encuentra justificación a la creencia en que pronto habrá un cambio trascendental, que se aprenderán las lecciones de la tragedia y habrá una suerte de amanecer luminoso. En realidad, escasean las constancias históricas de que miles de guerras hayan tenido el poder de servir de escarmiento.

La frustración con el hombre que desperdicia las lecciones de la experiencia, que no aprende de las calamidades, está encerrada en la frase de Rubén Darío en “Los motivos del lobo”: “En el hombre existe mala levadura, mas el alma simple de la bestia es pura”. No son pocas las sentencias condenatorias contra la especie humana, proferidas por pensadores de épocas diversas: “Mientras más conozco a los hombres, más quiero a mi perro”, manifestación de desengaño atribuida al poeta Lord Byron, como también a Diógenes, a Carlomagno y hasta a Hitler. Otro por allá decía que “mis amigos, no hay amigos”.

Pese a que siempre cuando empieza a brillar un destello al final de un túnel existencial tan tétrico, el optimismo se diluye ante las evidencias aportadas por los hechos de actualidad. Observemos, por ejemplo desalentador, cómo se desvanecen las esperanzas de transformación de la política en un país como el nuestro, donde parece como si se confirmara la frase referida a Bolívar, según la cual “cada colombiano es un país enemigo”. Todas las iniciativas siembran división. Ciertos políticos exhiben la facultad de ser cada vez peores, de obrar con insensatez y ausencia de valores, de moral y ética públicas tales, que no apagan la ardentía, el aborrecimiento, la fuerza destructiva mediante las palabras y el empeño en arrasar honras y famas de sus contradictores, no importa si las circunstancias les exigen mínimas normas de comportamiento decente.

Hay posibilidad de cambio positivo, en la actitud frente a las realidades adversas, ya probada en los días grises, deprimentes e interminables de la cuarentena. El extenso catálogo de protocolos no puede resultar inútil. Ha de tener un razonable poder correctivo, para que al fin se superen las fuertes tendencias acráticas y anarquistas, se acepte la necesidad de una normatividad práctica y se tomen en serio los eventos de la vida habitual. Cada acción, por elemental que sea, implica un proceso, el cumplimiento de unos requisitos ineludibles, el seguimiento de unas instrucciones pertinentes. Algo habremos ganado si disminuye el relajo que tanto atrae a los turistas.

Porque entre varios ojos vemos más, queremos construir una mejor web para ustedes. Los invitamos a reportar errores de contenido, ortografía, puntuación y otras que consideren pertinentes. (*)

 
Título del artículo
 
¿CUÁL ES EL ERROR?*
 
¿CÓMO LO ESCRIBIRÍA USTED?
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO

Datos extra, información confidencial y pistas para avanzar en nuestras investigaciones. Usted puede hacer parte de la construcción de nuestro contenido. Los invitamos a ampliar la información de este tema.

 
Título del artículo
 
RESERVAMOS LA IDENTIDAD DE NUESTRAS FUENTES *
 
 
INGRESE SUS DATOS PERSONALES *
 
 
Correo electrónico
 
Teléfono
 
Acepto Términos y Condiciones Productos y Servicios Grupo EL COLOMBIANO
LOS CAMPOS MARCADOS CON * SON OBLIGATORIOS
Otros Columnistas