“Una nueva dinastía sólo se funda en una refriega. La sangre es un buen abono”. De “La Fortuna de los Rougon”, de Émile Zola.
Aunque la democracia es imperfecta, no hay nada menos malo. Persisten en ella debilidades, contradicciones, como procesos de sucesión afectados por los antecesores; pero con todo y esto, nada tan atroz como los períodos de la historia, supuestamente terminados, en los que el poder era ejercido por dinastías familiares, como la de los Castro, que más que una secuencia de eslabones...