Por David E. Santos Gómez
Produce incredulidad y luego asco. Mientras las variantes del coronavirus ponen en alerta al mundo entero y los países pobres luchan para acceder a las migajas remanentes de biológicos y los países ricos tienen a ciudadanos rebeldes que se oponen a la inmunización, las grandes farmacéuticas impiden avanzar en la liberación de las patentes de las vacunas. La semana pasada, cuando la discusión tomaba tracción, todo quedó en pausa por la más prosaica de las razones: los miembros de la Organización Mundial de Comercio, que tienen que tratar el tema, salieron a vacaciones.
En octubre se retomará el asunto, dicen los embajadores de la Unión Europea, algunos de los cuales actúan como fieles defensores de las farmacéuticas que en tiempo récord desarrollaron las vacunas. Aseguran que cualquier tipo de liberación de patentes pondría en riesgo la innovación de las empresas y echaría al traste procesos de investigación actuales y futuros.
Hay varias propuestas en la mesa. Una, redactada por Sudáfrica e India, pide que los derechos de propiedad intelectual sobre “inmunizantes, tratamientos y diagnósticos” sean liberados al menos por tres años. Otra, liderada por la Unión Europea, pide en cambio un acuerdo para precios más económicos y pagos a los dueños de las patentes para desarrollo de genéricos. El nudo que tendría que desarmarse es cómo enfrentar la escasez y la dificultad de los países más pobres para acceder a las vacunas. Por ahora, el acuerdo se hace imposible. Es verano en el hemisferio norte y los que tienen el poder se quieren ir a las playas.
La OMS recuerda la importancia de encontrar una solución rápida e insiste en la mortandad de nuevas olas aún en países inoculados. Pero los que tienen que escuchar no lo hacen. Ni siquiera la aparición de la variante delta les ha permitido reflexionar a los poderosos sobre la inutilidad que conlleva enfrentar un problema global con estrategias nacionales. El triunfo o la derrota al coronavirus será colectivo, o no será.
Las cifras están ahí. La semana pasada el número de muertes por covid-19 en el mundo aumentó un 21 por ciento en comparación con los siete días anteriores. Pasamos los 4,2 millones de fallecidos. Al mismo tiempo, un reporte de una de las principales farmacéuticas que lideran la venta de vacunas anunció que este año espera ganar 33.500 millones de dólares