Hace poco estuve revisando un estudio de la empresa Cognizant sobre cómo tener un liderazgo correcto en el mundo digital. El estudio, realizado a empresarios de diferentes partes del mundo, define diferentes patrones y comportamientos que deben tener quienes lideran organizaciones, que distan de actitudes y comportamiento a los que vivimos décadas atrás. Según los expertos, el mundo hoy se mueve por 3 grandes fuerzas: la digital que hace parte del día a día de todos nosotros; la nueva genética, las recientes generaciones quienes vienen programados en nuevas expectativas laborales; y el mercado 2.0 que obliga a las empresas a ser muy ágiles en la toma de decisiones.
A decir verdad, cuando analizamos estas tres fuerzas vemos que la digitalización está haciendo que los públicos estén más enterados, que las barreras de ingreso a una determinada industria sean cada vez menores y que el mundo digital esté cambiando la naturaleza de la forma como trabajamos. Esto último, no solo por la tecnología, sino también por la forma en que las nuevas generaciones crecen bajo códigos y lógicas diferentes. Para estas lo más importante es tener un trabajo con propósito, que les resulte inspirador, que les permita contar con autonomía laboral y sentir que no hacen parte de una jerarquía sino más bien de una lógica de comunidad colaborativa.
Pensar digital, contar con el talento que se mueva bajo la lógica de la Cuarta Revolución Industrial será la forma más efectiva para actuar en un mercado 2.0. Es decir, ¨un escenario donde la hipercompetencia, la incertidumbre geopolítica, los cambios climáticos y la seguridad de los datos “hacen que debamos actuar con agilidad y en tiempo real como lo sugiere el estudio. Los paradigmas de contrariedades generan tensiones en las nuevas generaciones, a decir verdad no los inspiran, y más bien los desaniman en sus trabajos. Esto pasa más que nada cuando la organización tiene puntos ciegos en lo estratégico (no tiene claro su propósito), si en lo cultural no se viven los valores que la empresa determinó, si en lo humano el talento no está alineado con el propósito planteado y si en lo personal se impide que el equipo crezca. Estos puntos nos dicen a donde deben apuntar los nuevos liderazgos.
Hoy día, las organizaciones más avanzadas se mueven por datos, tienen procesos de agilísimo en todas sus áreas, promueven la innovación, crean confianza basados en su cultura, viven adheridos e interactúan en un ecosistema global y usan modelos tecnológicos avanzados.
Algunas empresas que siguen aplicando jerarquías absurdas, horarios rígidos, jefes que siempre tienen la razón, manejan una misión, visión y valores solo en el papel, porque en el fondo solo están buscando como producir dinero para el dueño o accionistas. Bajo ese modelo, tendrán problemas en conseguir el mejor talento disponible para que su empresa sea sostenible en el tiempo.
Por esta razón definir un propósito inspirador, tener un gran modelo de negocio vanguardista que alimente el propósito social y ambiental, y un excelente equipo de recursos humanos que identifique a las personas correctas para embarcarse en esa aventura que es el mundo empresarial, se hace crítico y definitivo para el éxito, pero todo esto será en vano si los líderes de la compañía no entienden el mundo que estamos viviendo y se adaptan a este.